Amós y loSantos

-Aló Amós, eres cantante, violinista, compositor, productor y técnico de sonido… ¿se te puede calificar como músico global? ¿En que faceta te encuentras más a gusto, o es difícil separarlas ya que forma parte de un todo?

Pienso que todo hace parte de lo que soy, pero definitivamente me encuentro más a gusto sobre el escenario cantando que haciendo el sonido para un grupo, pero afortunadamente casi todo lo que hago tiene que ver con el arte y la creación. Más que un músico global me considero un artesano de la música y el sonido. Los abordo desde un punto de vista plenamente emocional y místico más que técnico y virtuoso.

-20 años inmerso en la música contemporánea, de habla en castellano, dan para mucho que contar, ¿qué balance haces de tanto trabajo y lucha?

Ha pasado mucha agua por debajo del puente. Fueron diez años de una exitosa carrera en la naciente escena musical de Colombia y otros diez viviendo en Barcelona, donde he experimentado con múltiples tendencias musicales y maneras de abordar el sonido como material de creación, lo que me ha aportado un invaluable acopio de experiencias en torno a mis intereses. Creo que la gran lección aprendida es: que no se deben abandonar los sueños por mas obstáculos que haya en el camino, hay que hacer un buen equipo de trabajo y que el arte es ante todo comunicación.

-Dicen, los que te conocen bien, que te encuentras en el mejor momento de tu carrera sonora, ¿crees que es así? ¿En qué se diferencia aquel Amós Piñeros de los años 90 y este con el que nos encontramos ahora?

Creo que me encuentro en un momento muy bueno, pero espero que sea solo el escalón inicial de una etapa de madurez creativa y libertad de movimiento. Hay una gran diferencia entre el Amós de los tempranos 90´s al de ahora, pero en esencia son el mismo. Sigo teniendo ganas de gritar más de una verdad en la cara a quienes fomentan las injusticias pero ya no con la carga de inocencia que me llevaba a decirlo enfadado. También el paso de los años me ha dejado como legado el identificarme cada vez menos con las tendencias o estilos, lo que me permite abordar la música con el mínimo de prejuicios.

-¿Qué tal han sido estos últimos diez años de desarrollo musical ya en España? ¿De qué forma se llega a notar Barcelona en tus canciones?

España me ha aportado mucho, vivir en Barcelona a sido muy importante en mi carrera, por el conocimiento adquirido y la experimentación con diversos recursos tanto técnicos como creativos y por el contacto con gente de muchos lugares del mundo que confluyen en esta ciudad. También he podido ver en directo gran cantidad de música de todo tipo y conocer el desde adentro los grandes eventos musicales de la ciudad como el Sonar o Primavera Sound.
Barcelona a sido el laboratorio ideal para encontrar un camino que a la vez sea el abandono de todos los caminos, una Babilonia en vías de ser parque temático que me ha enseñado la importancia de no ser importante.

-En España se te conoce popularmente, sobre todo, por tu paso por la banda de rock latino La Fe, ¿qué recuerdas de aquella aventura?
La Fe fue un proyecto que retrató el espíritu mestizo de la vivencia en Barcelona, yo abordaba una manera de cantar totalmente diferente de lo que había echo hasta el momento y todos teníamos influencias diversas marcadas por un toque latino. Tuvimos un gran comienzo, nuestro primer concierto fue en la sala Apolo con muy buena asistencia, tocamos con el grupo colombiano Aterciopelados e hicimos la reglamentaria ronda de salas pequeñas en Barcelona, pero al final las obligaciones personales de los integrantes y nuestra casi nula capacidad de auto-gestión, tan característica en algunos músicos de mi generación, nos hizo tomar caminos distintos y hoy en día cada uno está en un país diferente. Pero todos guardamos la esperanza de tocar de nuevo juntos o hacer algo con esas canciones que formaban un disco que nunca editamos.

-Pasaste de ser una celebridad y referencia en el mejor rock colombiano – a bordo de míticas bandas como Ultrágeno y Catedral- a sumergirte en las lides de la electrónica, la esencia latina y el metal contemporáneo… ¿cómo se produjo esta curiosa transición entre estilos? ¿Eres un eterno buscador de nuevas emociones sónicas?

Yo cantaba en un grupo de rock duro que era Ultrágeno y los fines de semana me iba a bailar techno o drum and bass. Me eduqué musicalmente en la escuela clásica pero en mi casa el rock era la banda sonora y en mi familia hay un fuerte lazo con la música tradicional colombiana. Fui enamorado de la escena de Seattle de los 90´s pero lo que siempre me ha seducido es la música industrial y la experimental. Aun sin tener el famoso tumbao latino disfruto de la salsa y otros ritmos latinos que han hecho parte de mi vida. Creo que es bueno tener un amplio abanico de posibilidades a la hora de crear y que la búsqueda de nuevas experiencias es el motor de grandes proyectos.

-Por cierto, ¿crees que en España se conoce suficientemente la escena musical colombiana? ¿Y al contrario?

En España se conoce mucho menos lo que se hace en Colombia de lo que en Colombia se conoce la música de España. Pero las cosas empiezan cambiar poco a poco. Colombia tiene propuestas musicales muy valiosas y cargadas de identidad que se empiezan a hacer un lugar en las salas de conciertos españolas y no son Shakira o Juanes. Yo veo que de cara al futuro Colombia puede dar grandes sorpresas al mundo entero. Es una escena musical con pocos recursos que no se puede comparar con la de otros países de América Latina, pero tiene mucho para dar. Grupos como Bomba Estereo, Systema Solar o Velandia y la Tigra son algunos de mis recomendados si quieren acercarse a los nuevos sonidos de Colombia. Ah, por supuesto, Amós y loSantos.

-Hablemos de tu primer trabajo en solitario, “El final de la Era”. Aquí eres el responsable máximo de todo –creación, producción y autogestión- y en el muestras al mundo versiones de temas que has ido creando y publicando a lo largo de dos décadas de trabajo sonoro… ¿el título es una sentencia o simplemente cierras una era para abrir otra?

El final de la Era es un disco que recoge canciones mías de las dos pasadas décadas y simboliza el cierre de un ciclo para abrir uno nuevo en el que voy a propiciar grandes cosas para mi equipo de trabajo. Más que una sentencia es un juego mental acerca del miedo al fin del mundo tal como lo conocemos, apela a la mitología creada en nuestros imaginarios sobre lo que nos espera después del 2012 y a la vez habla de mi proceso personal. Para mi todo final es un inicio y hacer una re-lectura del pasado es necesario para construir un futuro sin cargas.
Este disco es la prueba de que los deseos se cumplen cuando unos se lo propone. Fueron un par de años de trabajo entre Barcelona y Bogotá. Con la ayuda de Alfonso Espriella, un buen amigo y excelente músico colombiano seleccionamos y arreglamos los temas probándolos en directo en formato acústico y luego grabamos, mezclamos, masterizamos y prensamos en optimas condiciones pero de manera independiente. Bajo la misma política de canje o colaboración con la que se hizo El final de la Era también hemos realizado dos video clips de calidad y hay planes de hacer al menos otros dos más.

-Vamos al grano, ¿cuáles de los temas que incluye el disco tiene para ti más relevancia y definen de forma más definitiva el sentir musical de Amós Piñeros?

Sin intención de eludir la pregunta, creo que todos estos temas tienen una conexión muy especial con mi sentir musical y justamente puede que todos ellos definan los posibles caminos por los que puede oscilar mi propuesta. Así que voy a recomendarles los dos primeros sencillos, La Juega e Instante de luz. Son dos canciones que dicen mucho de quién soy y para dónde voy.

-Convicción y revolución son dos palabras mágicas que seguramente sirven para definir tu deambular vital y musical… ¿son, junto al amor y el dolor, dos constantes habituales en tus letras y composiciones musicales?

Pues si, mis letras en su mayoría hablan la vida como un tablero de juego, de gestar pequeñas revoluciones en el día a día para ver los cambios cuando menos te lo esperas y de atesorar la convicción en ti mismo y en lo que haces como si de un talismán de buena suerte se tratase.
El amor y el dolor son protagonistas en el camino de todos y aunque son emociones casi opuestas la linea que divide sus reinos es prácticamente imperceptible, han movido muchos de los grandes cambios de la humanidad y en mi caso personal me han hecho crecer como creador y como persona.

-En este disco dices “explorar un sonido que deambula entre atmósferas sutiles, secuencias, pianos, sincronismos, momentos explosivos y sorpresivas texturas sonoras que se articulan para contar una historia que no deja indiferente al oyente”. ¿Lo más importante para un artista es dejar huella –remover conciencias y hacer pensar- y si puede ser emocionando mejor?

Me gusta sentir que las letras de una canción son algo más que palabras unas junto a a otras, de echo soy de los que piensa que un poco de compromiso y atrevimiento siempre vienen bien.
Para mi ser creador implica un cierto nivel de compromiso con el público, de alguna manera les debes una dosis de verdad por estar dispuestos a escucharte, no estás obligado a remover conciencias o dejarlos pensando como si de un documental sobre los océanos de plástico se tratase, pero si a dejarles una parte de lo que que eres y piensas impregnada en la piel, para lograrlo haz de quitarte mas de una máscara y enfrentar tu temores en el proceso.
El final de la Era es un disco en el que busqué estados emocionales precisos en cada canción y para ello recurrimos a generar atmósferas particulares que potenciaran las emociones, logrando como resultado un sonido muy visual.

-¿Hasta que punto es importante para Amós Piñeros la puesta en escena como complemento artístico hacia y para lo estrictamente sonoro? ¿Cómo es tu show en directo?

Un proyecto musical debe sostenerse en pie desde todos los puntos de vista. No tiene sentido hacer una música buenísima si el directo no está a la altura de ella y, aunque es muy común verlo, hacer música del montón y tener un gran show tampoco satisface del todo.
La puesta en escena de Amós y loSantos, la agrupación con la que toco en directo, es muy teatral. La iluminación es dramática, propone una atmósfera post-apocalíptica romántica que junto con la actitud escénica y las proyecciones en alta definición en formato 1:4 logran darle al espectáculo un tono cinematográfico completamente seductor.
Afortunadamente he logrado conformar un equipo de trabajo excelente, tanto los músicos de la banda como quienes nos colaboran en la parte técnica son gente muy talentosa y comprometida con el proyecto, así que espero grandes cosas de cara a nuestras futuras puestas en escena.

-¿Dónde, cuándo y cómo te podremos disfrutar en directo?

Luego de una intensa temporada de conciertos en Colombia me encuentro de nuevo en Barcelona lejos de los músicos que me acompañan y recuperándome de una fractura en un pie. Espero, que de cara al otoño, pueda empezar a mostrar lo que hago con Amós y loSantos en territorio español.

-Para terminar Amós, ¿qué proyectos y planes sonoros tienes para los próximos meses?

Con Amós y loSantos estamos grabando material nuevo a distancia entre Bogotá, Barcelona y Londres donde está Juan José Salazar, ingeniero de sonido, guitarrista y coproductor de El final de la Era. Pronto escucharé el resultado y me gustaría encontrar un sello que nos represente.
También continuo haciendo música electrónica por mi cuenta bajo el pseudónimo Cíclope Miope y diseñando un proyecto de instalación audiovisual interactiva que espero vea la luz el año entrante.

Fernando Fuentes, junio 2011/ ORBITA - Orbita Magazine [ES]

Pensando en la escena rockera alternativa de Bogotá inmediatamente vino a mi mente la imagen de Amós Piñeros quien ha estado vinculado a ella por más de 18 años con bandas como Catedral y Ultrageno. Sus líricas reflexivas sobre la realidad socio-política que toca nuestro territorio han marcado las mentes de muchos jóvenes en nuestra ciudad llenando de voltaje, fuerza y Raza Furia.Después de la disolución de Ultrageno y varios años dedicado a la producción musical en Barcelona en donde también participo con las bandas La Fe y TOTE regresa presentándonos su nueva producción “El Final de la Era”

Amós cuéntanos un poco sobre tu estadía en Barcelona? Cómo fue hacer parte del Festival Sonar 2010 y ese acercamiento al público europeo y que presentaciones y proyectos realizaste allí?

Casi sin darme cuenta ya he pasado nueve años viviendo en Barcelona, llegué a esa ciudad mágica con la idea de trabajar en cine, como hacía antes de viajar para allá, pero la vida me fue llevando al mundo del espectáculo en directo y el trabajo con sonido se fue apoderando de mi mundo laboral y es así como desde hace más de seis años me dedico a la ingeniería de sonido, oficio que he aprendido en la práctica y que he perfeccionado a fuerza de encontrarme retos que superar. Estuve en el sonar 2010 trabajando como ingeniero de sonido, es tal vez la cuarta vez que hago parte del personal técnico de esté festival y he participado en muchos de los grandes festivales y eventos de España así como en giras por la península ibérica y Europa.Musicalmente ha sido muy enriquecedor vivir en Barcelona, es una ciudad donde confluyen muchas culturas y en donde la mezcla y el mestizaje se ha hecho bandera del sonido de la ciudad. Los primeros tres años asistí a muchas jams y coquetee con la música electrónica preparando el camino para crear el estudio Uno-Sound junto a Pol Moreno del que se derivo un set live con el mismo nombre en el que se conjugaban los sonidos orgánicos con los sintetizados dando lugar a experiencias sonoras inusitadas que cada presentación eran distintas, según el contexto y el evento para el que hiciéramos el toque.
Luego surgió la idea de montar una banda que plasmara ciertas inquietudes del momento en canciones formales y surgió La Fe, que se podría definir como una banda de rock latino sin guitarras y con elementos pop, aunque eso de los géneros nunca ha sido mi fuerte así que no sabría como describir lo que hacíamos. Funcionamos durante un poco más de dos años logrando tocar en salas importantes como la sala Apolo y en el City Hall, junto a Aterciopelados. Y auto-producimos un disco que no fue editado por ningún sello. Posteriormente participe en otros dos proyectos uno bien roquero llamado La Rola, que lastimosamente nunca vio la luz y TOTE que es un proyecto cercano al metal y el hard core generado a distancia entre Berlín y Barcelona junto con Ronald Davila (STH), ex guitarrista de Occisor, banda de metal bogotana.
También he trabajando creando paisajes sonoros para instalaciones con espacialización.
Respecto al público europeo no tengo nada que decir, excepto que por lo general es un público instruido, difícil de sorprender.

Cómo fue el proceso de composición y producción de el nuevo disco y quiénes colaboraron en él?
Lo hicimos entre Alfonso Espriella y yo, con la ingeniería y guitarras de Juan Jose Salazar pero hubo colaboraciones diversas, como la de Maria Jose Camargo de V for volume y Andrea Piñeros en los coros, José Miguel Vega (el profe) en el trombón, Adriana López en los scratches entre otras colaboraciones incluyendo la de Banda Sonora estudio en el que grabamos la mayoria de los instrumentos y voces. El mastering del disco lo hizo Julián Silva en Onair Studio en Brooklyn NY.
Fue un proceso de un poco más de dos años yendo y viniendo de Barcelona a Bogotá entre que hicimos las primeras versiones y grabamos el disco, tiempo en el cual sacamos todas las versiones y pre-produjimos el disco. También hicimos varias presentaciones acústicas que le dieron fuerza al proyecto.

Porqué el “Final de la Era”?
Todo final es un inicio y tratándose de canciones que algunas se remontan 18 años atrás este disco es como un compendio de toda una época que paso y es un una obra que clausura un ciclo creativo abriendo el espacio para una nueva era en la música que haré.

Es una Producción independiente o estas con una casa disquera?
Totalmente independiente, aunque estoy en la búsqueda de quien licencie el disco me enorgullece haber hecho un trabajo tan pulido de manera independiente.

Ya el disco está en varias casas disqueras… En dónde lo pueden encontrar?
Por ahora está en las tiendas especializadas de la calle 19 en Bogotá, Musiteca, Beatles, el Templo de la Música, Vicente Discos, pero espero pronto lograr un acuerdo de distribución para tenerlo en todas las discotiendas. También pueden hacerme pedidos personalmente a través de mi página de facebook Amós y loSantos.

Vas a realizar presentaciones de lanzamiento en estos días?
Si, tenemos dos presentaciones en noviembre, la primera en Bizarro Bar en la cll 59 con cr 7ª el 20 de noviembre junto a Antipoda y la segunda en El Libertador cll 29 cra 6ª el 25 de Noviembre. Tocaremos también en diciembre y enero con miras a lanzar el disco en febrero.

Amós un fuerte abrazo de STYLODC , te envíamos la mejor energía!!! … sabes que esta es tu casa y esperamos poder verte en concierto la siguiente semana!!! - Stylo DC [COL]

El cantante de la mítica banda de rock nacional se reinventa en un nuevo trabajo en solitario.

Una generación de roqueros que creció militando en la 'raza furia' -ese himno 'hardcore' que desfogó la ira en ebullición de Ultrágeno- se encuentra hoy con un reto: escuchar las versiones que está haciendo Amós Piñeros, el otrora vocalista de esta banda fundamental en la historia del rock nacional. Sonidos trip-hop, rock, dub e incluso rap transforman las letras de 'El rito', 'Divino Niño', 'Almuerzo ejecutivo', 'La hiedra', éxitos de Ultrágeno, Catedral y La Fe, las agrupaciones en las que estuvo Piñeros, quien siente que, después de 18 años en la escena, es el momento de reinventarse.
De ahí, el título de su primer álbum en solitario: El final de la era . "Este proyecto está justo en el medio de la era que termina y del nuevo sonido que quiero proponer", explica el músico, quien presentará mañana este material en el Teatro Arlequín.
El trabajo fue concebido con una colaboración vital del músico Alfonso Espriella. De hecho, todo surgió, recuerda Piñeros, en sesiones de experimentación acústica, por la época en que Espriella se presentó con su banda en el Festival Rock al Parque. Para los fanáticos que no se quieren desprender de la banda hardcore de los años 90, este material puede resultar de difícil 'digestión'.
Pero quienes estén abiertos al cambio, podrán disfrutar otra forma de ver el legado del grupo. "A veces me saludan los fanáticos de Ultrágeno, nos tomamos fotos, y ellos están en vestido y corbata (...) ellos han cambiado, y yo también, y por eso creo que la gente va a recibir esto muy bien", explica Piñeros. Según el cantante, Ultrágeno no ha muerto: "Vivimos en diferentes ciudades, pero nos mandamos muestras de algo que probablemente se convierta en un próximo trabajo de la banda".
CARLOS SOLANO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO - El Tiempo [COL]

El esperadísimo primer disco en solitario de Amós Piñeros suena a movimiento telúrico. O no exactamente. Suena a cuando la tierra está a punto de temblar. Es puro estado latente. Un silencio que se prepara para gritar.

Oscilando entre el rock, el hip-hop, la electrónica y la sinfónica de cámara (lo cual deviene en un elegante sonido triphopero) el nuevo trabajo de esta leyenda del rock nacional suena precisamente a eso. A las canciones de alguien que ha ido y que ha vuelto. A lección. A solemnidad.

Producido por el reconocido Alfonso Espriella y el mismo Piñeros, el álbum, compuesto por 13 canciones y un bonustrack, se llama El final de la era, según el mismo Amós, “por el supuesto fin del mundo que se avecina este 2012, pero también porque es el final de un ciclo de aprendizaje, de estos casi 20 años de trabajo musical”. Por lo mismo, recoge remakes de temas de sus bandas Catedral (La hiedra, El poeta), Ultrágeno (Nulo, La Juega, El Rito, The Flor, Almuerzo Ejecutivo, Divino Niño, Instante de Luz) y La Fe (El final de la era), los proyectos más relevantes de la carrera de Piñeros durante estos últimos 18 años, y los reinventa en una atmósfera particular, orgánica y a la vez maquínica, estremecedora, épica. Y es que este trabajo tiene hálito de instante decisivo, y no solo en la vida de un hombre, sino en la historia de la humanidad.

“Sigue presente esa línea de ‘revolución de conciencia’ que siempre he venido trabajando”, dice Piñeros. “Y es que El final de la era, más que el fin del mundo o el reflejo de un momento personal, es la oportunidad que tenemos de pasar a otra etapa, a otro estrato de conciencia”, afirma él, el mismo enfant terrible que, a mediados de los 90 y siempre acompañado de un violín, surgió del paisaje bogotano para botar poesía con una hermosa banda llamada Catedral, y que luego se reinventó en el doctrinario y radical comandante de la Razafuria, aquel ejército mitológicode su Ultrágeno.

Contrario a lo que pueda llegar a pensarse, El Final de la era no es una colección de nostalgias. Con un sonido que mira hacia adelante sin deberle nada a nadie, Piñeros, quien ha pasado los últimos años viviendo en Barcelona, declara que el álbum también viene de una pretensión: “Porque mi idea de un final siempre es un inicio. Por eso, lo importante es lo que viene”. Con la cabeza puesta en eso, se prepara junto a su banda (Amós y LoSantos, se llaman) para ese nuevo renacer,siempre buscando “ese espacio de incomodidad que me permita crear caos y belleza”.

Es decir, música para erizarnos la piel. - SHOCK [COL]