Atrás Hay Truenos
Gig Seeker Pro

Atrás Hay Truenos

Buenos Aires, Argentina | Established. Jan 01, 2006 | INDIE

Buenos Aires, Argentina | INDIE
Established on Jan, 2006
Band Rock Alternative

Calendar

This band has not uploaded any videos
This band has not uploaded any videos

Music

Press


"Los truenos invencibles"

De las sierras a la montaña, del desierto a la Patagonia. Uno de los tours tempraneros del año, pasó por estas locaciones en poco más de una semana: La Gira Solar a la que se subieron los nequinos de Atrás Hay Truenos, los mendocinos de Mi Amigo Invencible y el (mar)platense Gustavo Monsalvo, más conocido como Niño Elefante (y guitarrista de El Mató a un polícía motorizado y Sue Mon Mont). Aventuras con ángeles y aliados en cada escala, como Andy Merlo, bajista de Amor Elefante, que les alquiló la combi y se sumó porque no se la quería perder.

“La primera noche, en Córdoba, se nos rompió la llave de la camioneta y tuvimos que resolver eso. Después fue todo hacia arriba”, repasa Roberto Aleandri, de AHT, en una parada estratégica para almorzar (aunque ya oscureció) unos lomos en la entrada de Bariloche, donde tocaban anoche acompañados por Shona, Nahuelaizer y Sid & Nancy.

El motor fue las fechas compartidas en 2014. “Pegamos buena onda con los Invencibles y la idea se dio sola. Estuvimos todo el año planeándola, pero se fue gestando de a poco”, sigue Roberto. De Villa María, pasaron por San Juan (ahí los acompañó Manager Capitalista) y cruzaron a la tierra de los Invisibles. “El domingo estuvimos en El Bosquecito, al aire libre. Fue increíble”. Claro, la combi no da para dormir, así que se los vio circular con colchones por la ciudad. Encarando hacia el Sur, llegaron a San Rafael, donde tocaron el martes con un sonido demencial. “La gente que lo organizó quería que todo saliera del carajo”, explica Carlos Sidoni, que lleva las riendas del tour. “Aunque hubiese cinco personas, querían que no se olviden jamás. Y hubo unas 150, ¡un martes!”.

Autogestionado, el cierre los espera en Neuquén. Antes, esta noche en San Martín de los Andes se sumarán al festival El Primer Color, con otras banda emergentes y algunas de la región como Bosques, Fémina, Limbo Junior. El balance es soñado: “Hablábamos anoche, estamos flotando en algo muy lindo, terminamos compartiendo los orígenes de cada banda”, dice Roberto, y se ríe: “Después, la mayoría volvemos a la ciudad, a la vida real”. - Diario Clarín


"A cielo abierto"

Igual que tantas bandas de rock noise en Argentina, los Atrás hay truenos tienen un manual de influencias (Sonic Youth, My Bloody Valentine, krautrock, Beatles, su ruta...) y una forma de moverse en el escenario. A diferencia de los demás, este quinteto armado y formado en Neuquén fue concebido por un paisaje y una meteorología dados. "Somos de un barrio que se llama Jardines del Rey, donde a una cuadra de nuestras casas pasa el río, hay un bosque y el pie de una montaña. Cuando empezamos a tocar, en el 2002, estuvimos tres años encerrados en una sala de ensayo. Salíamos y nos íbamos a fumar al río, o nos quedábamos viendo cómo se filtraba el atardecer entre los árboles. Para nosotros, no sólo era lo más natural del mundo: era lo único", dice Robi, guitarrista y nuevo vecino de Buenos Aires desde hace unos meses. Junto a Tito (batería) y Diego (bajista), es parte del contingente porteño del quinteto, en tanto Maxi (teclados) y Nacho (guitarra) sostienen el núcleo neuquino del asunto. "Solemos presentarnos por separado, haciendo sesiones y zapadas, pero sólo utilizamos el nombre cuando estamos los cinco", explica.

Atrás hay truenos comparte con sus coterráneos Hacia dos veranos y los capitalinos Proyecto Honduras una dirección musical distinta pero una misma voluntad: hacer música instrumental. "Nos gusta improvisar, permanecer en el sonido, buscar. El tiempo nunca nos agobió, somos pacientes y no buscamos los típicos premios del rock: sabemos que la vida nos la vamos a ganar de otra manera. Eso nos da la libertad suficiente como para que, cuando agarramos los instrumentos, nos permitimos ir hacia donde realmente lo sentimos".

El debut de AHT no pudo tener un costado más surreal. "Tenemos un amigo que arma unos ciclos que son de los más grossos de allá. Se llaman Domingos de terciopelo y tienen la consigna de integrar a los internos del área de salud mental de un hospital donde él trabaja. Ocurre una vez al mes y ahí nos integramos, haciendo lo nuestro". Surreal, pero genérica, fue también su performance musicalizando una proyección del clásico El perro andaluz, en un ciclo de cine en el Alto Valle. "Allá también te la tenés que rebuscar. En ese sentido, hay mucha más movida en General Roca, que es una ciudad mucho más chica, que en Neuquén. Por eso solemos actuar en instalaciones o generar lugares alternativos", dice Robi, que espera a sus compañeros para una serie de fechas para la primavera porteña, de las que ya está confirmada el 28/9 en el ciclo Bullicio. Próximamente, además, buscan cumplir el sueño de enlatar en formato físico parte de sus grabaciones.

El gran logro de sus shows es que realmente no necesitás ser Ricardo Darín en El aura para sentir que estás en un bosque patagónico y tus sentidos están cubiertos por una gelatina eléctrica. No buscan el estallido programático: igual que España en el último Mundial, ellos son pacientes. Tocan y tocan y tocan hasta encontrar la puerta de entrada. El punto G(ol). La madre de todos los truenos de este mundo. - Suplemento Si / Diario Clarin


"Atrás Hay Truenos - Bronce (2016)"

“Todo está grabado en bronce / no lo vamos a olvidar / somos metales aliados / no sé pueden separar”. Como una gran familia, a base de trabajo y grandes canciones, los Atrás Hay Truenos crearon un lazo inquebrantable. La alquimia entre Roberto Aleandri, Diego Martinez, Ignacio Mases y Héctor Zúñiga es tal que lograron sacarle sonido a algo tan sólido como el bronce.

Quizás de forma inconsciente o, en realidad, por qué no, habiendo trazado un elaborado plan maestro: los Truenos, a través de Bronce, culminaron una trilogía conceptual a imagen y reflejo de las trinidades de Él mató a un policía motorizado y Mi Amigo Invencible. Aquí, lo realmente vital es que la conjunción de los tres álbumes: Romanza (2012), Encanto (2013) y Bronce (2016) devino en un sonido propio y auténtico.

En tierras neuquinas se cementó la base de ascendencia kraut con Neu!, Can y Faust como máximos popes. Luego, ya radicados en la gran urbe, se despacharon con Romanza exponenciando ese sonido de corte alemán. Al año siguiente, arribó el Encanto y con él, la primera refundación de los truenos: se destapó la arteria indie, de carácter más cancionero. Ahora, después de dos años largos de trabajo, todo ese combustible desencadenó en otro nuevo renacimiento, con una obra conceptual y refinada bautizada herméticamente como Bronce, donde el cuarteto consolidó un sonido definitivo.

Mientras los timbales y samples forman un colchón onírico durante el comienzo de la placa con “Bronce”, la canción, la voz de Aleandri denota tranquilidad y parsimonia. Y con ese aire de balada futurista, también desembarca “Perro”, el único corte difusión que brindaron los Truenos antes de lanzar el flamante LP. “Encuentro” –reversionado también en el Compipulenta III– cuenta con la participación de Gustavo Monsalvo (Niño Elefante en Él Mató) en viola y reza una máxima en clave mantra ad eternum: “deseo y espero no cruzarte en ningún lado”.

En “Cara de mapa”, Martinez toma al toro por las astas y destapa una arteria que flota entre el shoegaze y el kraut, marcando el pulso de la canción desde las cuatro cuerdas. Empapado de sintetizadores, en “Río Negro” nuevamente aparece la naturaleza, un tópico constante en el imaginario trueno.

El trecho final se yergue sobre dos faros que inspiraron al cuarteto criado y facultado en Neuquen: Yo La Tengo y Primal Scream. Ese gen se impregna en “Consuelo” y “Para siempre”, discutiblemente el track más bello en el haber de Aleandri. “Euro, el reino de tu amor” cuenta con la participación especial de Rosario Bléfari en voz, ex líder de Suárez. El álbum se despide con “Interminable (Versión instrumental), una suerte de trampolín espacio/tiempo que desemboca en un atardecer en el Río Limay.

Con Bronce, Atrás Hay Truenos regresó a su sonido madre pero con el agregado de nuevas capas y texturas, pisando en su zona de confort y, al mismo tiempo, evolucionando. De ahí su relevancia y trascendencia. - Indi Hearts Magazine


"Atrás Hay Truenos abrirá el jueves su gira psicodélica presentando "Bronce""

A lo largo de esta intensa trayectoria se nota un trabajo acabado en el que el sonido de Los Truenos, como son conocidos, apuntó cada vez más hacia esa oscuridad a lo Joy Division, pero con una identidad tan propia que les hizo ganar un nombre dentro del under porteño.

"Cuando escuché a la banda me di cuenta que tenía algo diferente. El Mató A Un Policía Motorizado estaba yendo a Neuquén y nos pidieron que formáramos parte de su sello. Con ese antecedente todo se fue dando de forma normal. Al principio no fue una gran recepción, pero siempre nos invitaron a participar de fechas", dijo a Télam el bajista Diego Martínez.

"Fuimos muy constantes -agregó el guitarrista Ignacio Mases, quien se instaló en la Capital Federal hace cinco años-. Siempre estuvimos en movimiento y eso permitió que la ola que trajimos de Neuquén se hiciera más grande".

Allí, al comienzo de la Patagonia y del desierto que aloja a Vaca Muerta, el yacimiento de hidrocarburos más grande del país, el cuarteto completado por Héctor Zuñiga en batería forjó una metodología de trabajo bastante "cerrada", según explicaron sus miembros, pero que se abrió para "Bronce".

"Abrimos mucho el juego, pese a ser un núcleo cerrado. Eso nos dio muchas perspectivas en el estudio y transformó a este disco en algo más amoroso. Trabajamos con Juan Cruz Palacio, un chico de Tucumán que nos aportó la idea de sumar a otros músicos. Buscamos lo mejor que pudimos", explicó Diego.

Pese a esa "apertura", desde el primer rasgueo en "Luz Mala", la canción que abre "Romanza", hasta el último acorde de "Interminable", la que cierra "Bronce", se escucha una camino sonoro que en ningún momento titubea, pese a que en el gran "Encanto" el grupo se dirigió más hacia un rabioso formato canción.

En su tercera placa hay una síntesis de sus dos primeros trabajos, lo cual deja un campo abierto para la producción de su próximo álbum.

"El primer disco -evocó Ignacio- lo grabamos en cuatro días y yo no conocía las canciones. No lo vuelvo a hacer. El segundo lo hicimos a los chapazos. No me imagino mucho el próximo. Queremos hacer algo más bailable, pero no sabemos mucho".

"Se puede ver en los tres discos un cambio y una evolución. Pero la esencia se mantiene. Nos gusta experimentar con el sonido, buscar nuevas formas. Cuando algo está hecho, darle una vueltita más. Tenemos una forma de hacer las cosas que va variando, pero que a la vez se mantiene", agregó el guitarrista.

Para Diego, uno de los motivos por los cuales la gente se acerca a escuchar a Atrás Hay Truenos "tiene que ver con que la banda busca una identidad y, también, hacer cosas nuevas desde el sonido".

"No somos una banda fácil de asimilar. No tenemos un gancho en la canción. Por otro lado, cuando hablo de identidad me refiero a la química que se genera entre nosotros. Nos conocemos desde hace muchos años y creo que hay un algo neuquino y una hermandad que se fue armando y que hay que manejarla", indicó el bajista.

Ambos reconocen la importancia de las letras de Roberto, que, explicaron, no sólo tiene en cuenta la vida propia del cantante, sino que se nutre de la experiencia de los otros tres integrantes.

Así, en la discografía de los truenos uno se encuentra con letras que reflejan cierta incredulidad y hermetismo ante sucesos de la vida cotidiana como en "Pantano" ("Sigo el camino, por donde vinimos, piso en las huellas, repito lo mismo, y vuelvo al principio") o en "Bronce" ("Una luz está en la cama, está ocupando nuestro lugar, creo es la mañana, no me puedo equivocar").

"En este disco hay más espacio. Todos los instrumentos tienen su lugar preciso. No es un disco que va derecho, tiene cierto movimiento que lo hace impredecible", sostuvo Ignacio.

A su vez, Diego agregó: "En 'Bronce' retomamos la experimentación del primer disco y le agregamos la interpretación de Roberto y lo que él aporta con su poesía. Hay mucho lugar para la voz y la canción, pero con mucha psicodelia desde el punto de vista de la sonoridad".

Con esta impronta que ubica a la promesa del grupo como cosa saldada es que se embarcarán en una gira que los llevará a Rosario el 22 de octubre, junto a Mi Nave, y por el norte argentino en noviembre, replicando un tour que la banda ya realizó dos años atrás. - Telam / Agencia de Noticias


Discography

Still working on that hot first release.

Photos

Feeling a bit camera shy