Cuarteto de Coviello
Gig Seeker Pro

Cuarteto de Coviello

| SELF

| SELF
Band World World

Calendar

Music

Press


"The violent occupation of playing tangos"

Esquina de Billinghurst y Tucumán. Los autos pasan iluminando con sus faros el interior de un bar de barrio reciclado con la escenografía de un viejo almacén: cortinas de metal, baldosas en blanco y negro y grandes ventanales que permiten contemplar la actividad nocturna de Almagro. Gente que camina con lentitud, como si no quisiera llegar a ninguna parte. Otros apuran el paso y son devorados por la espesa sombra que proyectan los árboles sobre la calle. El sonido de la máquina de café se mezcla con el runruneo de los autos que pasan con cierto sigilo. El escritor Edgardo Cozarinsky está sentado a una mesa, como queriendo capturar esa atmósfera nocturna para una futura novela. Algo está por pasar. Se presiente en el aire. Es noche del Cuarteto Julio Coviello, como todos los jueves en el Bar Musetta.

La fórmula es tan simple como original. Cincuenta minutos de música al mango. Tangos propios y arreglos sobre clásicos. Un cantor, contrabajo, guitarra eléctrica, piano acústico y el bandoneón de Coviello, comandando esa nave eléctrica y tormentosa. En pequeño formato el bandoneonista de la Orquesta Fernández Fierro alumbra una expresión tanguera que dará mucho que hablar.

Con la crudeza de una banda punk, el grupo le da nacimiento a un sonido directo y de respiración entrecortada. Tangos de dos minutos, que pasan con violencia, uno detrás de otro sin respiro, para provocar un estímulo nuevo en el género. "Vamos a tocar un par de tangos para divertirnos", anuncia Coviello, y pocas veces las palabras coinciden con la formas, la frescura y una musicalidad arrolladora, que toca el nervio tanguero y crea una atmósfera muy vivida: lo más lejos de la postal clisé y lo más cerca del pulso urbano actual.

El cuarteto encuentra en el tango y otras músicas su propio registro sónico -oscuro, primitivo y contemporáneo- como si fuera una banda de rock. Los temas instrumentales de Coviello, como "Puede ser" y "Chacarera de Boedo", se alternan con temas cantados, como "Canción de ausencia", y "covers" como "Pa´ que bailen los muchachos" (brillante el contrapunto de las voces de los instrumentos que se repiten sobre el fraseo notable de Coviello) y "Retrato en blanco y negro" de Jobim, con un cantor en su punto justo.

El Cuarteto de Coviello culmina abruptamente y da ganas de volver todos los jueves para tomarse ese shot breve y estimulante de tango. Cozarinsky está entre esos bebedores asiduos. Es que este bandoneonista, nuevo enfant terrible del tango, desafía con la expresión de ese fueye "dinamita", la energía de su grupo, y una visión estética, que apunta más allá de lo que se debe hacer en el género.

Cuarteto de Julio Coviello . Músicos: Julio Coviello (bandoneón y arreglos), Nicolás Di Lorenzo (piano), Mariano Bustos (contrabajo), Eduardo Lucente (guitarra eléctrica) y Mariano Mazzei (voz). Bar Musetta, Billinghurst y Tucumán. Jueves, a las 21. Entrada: $ 15. Nuestra opinión: Excelente - Clarin


Discography

Still working on that hot first release.

Photos

Bio

Currently at a loss for words...