FARRUCO
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FARRUCO

Eixample, Catalonia, Spain | Established. Jan 01, 2015 | SELF

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Established on Jan, 2015
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"Solo mis botas y un escenario"

TEXTO: DAVINIA DELGADO
FOTO: ARCHIVO
CÓRDOBA. El flamenco le corre por las venas. Sobre el escenario, su rostro se transforma, el sentimiento le posee y toma el control de cada uno de sus pasos, de sus brazos, de todo su cuerpo. Proviene de una dinastía de artistas consagrados y su valía ha quedado más que demostrada sobre algunos de los escenarios más importantes de todo el mundo. Se trata de Antonio Fernández Montoya, Farruco, que regresa a Córdoba, esta vez, a la sala Metrópolis, con un adelanto de su próximo proyecto, «Siembra», que estrenará en enero.
-¿Qué se van a encontrar los seguidores de Farruco en este montaje?
-Un espectáculo sin más argumento que el baile flamenco que siempre nos ha caracterizado a mi familia y a mí. Eso sí, tiene mi sello personal. Se podrán ver unos tangos, unas siguiriyas y una soleá. Estaré yo sólo sobre el escenario, si bien en el montaje completo de «Siembra» me acompañarán cuatro bailaores.
-Ya ha estado varias veces en Córdoba, pero es la primera vez que actúa en una sala como Metrópolis.
-Porque los dueños son mis amigos y me lo ofrecieron con mucho respeto y con el objetivo de promocionar el flamenco. Aunque he actuado en los mejores teatros del mundo, pero ante todo soy flamenco, y donde se respete este arte, allí estaré.
-Dice que aporta su sello personal, ¿qué caracteriza a su baile, es decir, qué lo define?
-Diría que ese punto de improvisación. Me gusta dejarme llevar por el sentimiento, que predomine esa magia sobre el escenario, por lo que nunca sé qué va a suceder. La gente podrá ver a un Farruco más enriquecido musicalmente en sus pasos. De hecho, me acompañarán, entre otros, el violín de Bernardo Parrilla y la percusión de Isidro Suárez.
-Entonces, está abierto a la innovación.
-Sí, por supuesto. Pero eso que llaman fusión, lo respeto, aunque no lo comparto. Una cosa es enriquecer el flamenco y otra muy distinta, desvirtuarlo. Hay que respetar las tradiciones, las pautas que nos dejaron nuestros maestros, que para algo las tenemos.
-Comenzó su carrera siendo muy joven. Con tan sólo 10 años formó su propia compañía. Está claro que ha nacido para esto. ¿Qué necesita para sacar toda esa fuerza?
-Ahí el público tiene mucho protagonismo. E intento darle el cien por ciento de mí. Lo único que me hace falta para inspirarme es ponerme las botas y subirme al escenario.
-¿Pesa mucho llevar el nombre de su abuelo?
-Es complicado. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Para mí es un honor llamarme igual que semejante artista; primero, por ser mi abuelo y segundo, por tratarse de uno de los mejores bailaores de la historia. Pero es verdad que, a veces, ese nombre pesa mucho, porque cuando la gente se sienta a verte piensa: «A ver qué hace el nieto de Farruco». Tienes que estar siempre bien a la fuerza.
-Ese amor por el baile, ¿le ha ayudado a usted y a su familia a superar los últimos acontecimientos negativos que se han producido en su vida?
-Claro que sí. Y siempre hemos contado unos con otros, porque para eso somos una familia.
-¿Cómo le gustaría que le recordasen?
-No soy conformista. Para dormir tranquilo, quisiera un sitio respetable dentro del flamenco. Que se me recuerde como un gran bailaor. - ABC Newspaper


"Jardines de Sabatini, FARRUCO 'Al son de Farruco' & Antonio Rey"

Antonios a toda velocidad”

La programación de “Los Veranos de la Villa” sigue contando, un año más, con el flamenco como uno de sus platos fuertes.

Hay anunciados artistas en los teatros Pradillo y Lara, así como en los escenarios de Puerta del Ángel y en Sabatini.

Este último palenque ya habitual en las programaciones estivales.

Para 2009 se ha notado mucho recorte en la cartelería. No tanto en lo que a número de espectáculos se refiere, como en el peso de los artistas que se pasearán por Madrid. Comparen con lo que había tiempo atrás y me comprenderán.

Y Sabatini es la prueba más evidente de esto. Escenario de una categoría y belleza únicas, la menguada edición de este verano tiene, sin embargo, el aliciente de contar con gente que, en condiciones de mayor bonanza económica, posiblemente no vendría.

Así que para quien crea que siempre se programa lo mismo, que se pase alguna noche por las cercanías del Palacio Real a ver que se cuece. No hay mal que por bien no venga y siempre es bueno que los festivales se abran a nuevos o no tan conocidos artistas.

Farruco
Farruco
Farruco
Farruco
Para el miércoles estaba anunciado un doble espectáculo. Abriendo escena Antonio Rey, guitarrista de los de la nueva onda. De las generaciones que han salido al abrigo de todos los que conocemos y, por tanto, con la grandísima dificultad que entraña decir algo nuevo en un campo, el de la guitarra de concierto, más que trillado.

El madrileño afincado en Jerez ofreció un breve recital de media hora donde se acercó a algunos de los temas de su primera y única grabación: “A Través de Ti”.

Y fue este tema que da nombre al disco, la rumba con la que cerró su actuación, lo más original y logrado de un recital donde se notó su gran “admiración”, como la de tantos otros, por lo que hace Paco de Lucía y, sobre todo, Vicente Amigo.

Técnicamente impresionante y limpio, que ya es mucho, su música en cambio pecó de falta de originalidad. Su taranta inicial fue un calco de la estética “vicentera”, salvo en unos geniales pizzicatos. Las alegrías, pirotécnicas, olían a la playa de “La Barrosa” por todos los sitios.

Bolero, rumba y bulería posteriores con el mismo material. Una técnica difícilmente superable, en eso siempre de acuerdo, pero bastante en deuda con los ases comentados. Llegando al final y abriendo la puerta a aires nuevos, repito, con el tema “A través de ti”. Ahí sí vimos que, quizá, en el futuro tengamos guitarrista de los de abrir camino. Puede que le faltase tiempo y no escogiese Antonio el repertorio más auténtico, sino el más resolutivo y espectacular de cara a la galería.

El mismo grupo de Antonio Rey (bajo de Popo, violín de Bernardo Parrilla, cante de Pedro “el Granaíno” y percusión de Isidro Suárez) se incorporó a las tareas de acompañamiento en la segunda parte.

Farruco
Farruco
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Quizá lo más acorde con el día a día de estos artistas. Antonio y su gente son los grandes músicos que llevan los Farrucos de gira, y en ese contexto es donde se puede apreciar mejor lo que llevan dentro.

Vimos a Antonio Rey haciendo música más original, más en su sitio, sin pensar en la competencia, sólo en él y en su bailaor.

Llegaba el espectáculo a su segunda parte y Antonio Fernández Montoya “Farru”, con el aura mediático de ser quien es.
Es posible que “Al Son de Farruco” fuera lo que, a priori, debía atraer a las masas la noche del miércoles. Y lo logró a medias. Muchos huecos en el patio, sin embargo, pero buen ambiente en general. Runrún reforzado por una parroquia gitana que se encargaba de los jaleos desbocados desde las butacas.

“Farru” incorporó, además de los músicos que habían abierto la noche, a un guitarrista más (genial en su solo de la noche, de lo mejor sin duda) y otros dos cantaores, todos habituales en los combos de artistas gitanos como Tomatito, El Cigala, Jesús de Rosario, Canales, etc.

El instintivo y visceral bailaor sevillano (este es de esos que no se pasan las horas muertas en un estudio ensayando, a este le sale) se dio un baño de multitudes que fue creciendo en intensidad hasta culminar en la soleá final. Más de veinte minutos de epílogo en los que Antonio sólo se explayó en las partes aceleradas a bulerías, que parecían no tener freno.

Bulerías y tangos fueron los terrenos exclusivos de “Farru”. Algo que le resta variedad y que se va imponiendo ya como repertorio más usual y casi forzoso en los espectáculos de artistas gitanos.

Y eso que hubo fandangos y una soleá reposada….pero sólo de entreacto. Únicamente para hacer tiempo y que el compadre se metiese en el camerino a vestirse.

Impresionante con los pies, su atractivo reside en su innata capacidad de adaptación al compás, su don de público y su extraordinaria estrella sobre el escenario. Lo dicho, a este le sale.

Quedaría verlo dentro de un espectáculo con hilo argumental, historia, coreografía…aunque quizá eso no entre dentro del esquema o de los objetivos de este tipo de artistas.

Brilló el grupo toda la actuación, queda apuntado, sobre todo las guitarras y el violín de un Bernardo Parrilla que pasa por ser el único arco disponible para la raza.

Era el principio de la madrugada, pero a medio aforo aún le quedaba ir a la fiesta de verdad. - De Flamenco


"Los Farruco"

CRÍTICA DE FLAMENCO

Los Farruco

Fundación el Monte. Ciclo Jueves Flamencos. Baile: Farruco y Barullo. Guitarra: Román Vicenti y el Perla. Cante: Guadiana, Juan José Amador, el Canastero, JoséAnillo y Pedro Heredia. Día: 6 de abril de 2006

MARTA CARRASCO

HACE unos días sus madres estrenaban un espectáculo titulado Gitanas. Sólo mujeres. La otra noche en el Monte, dos de los hijos de esas gitanas hicieron honor al nombre de su familia. Farruco, «Farru» y Barullo «el negro», cogieron el flamenco que llevan en los genes, no se sabe porqué científica fórmula, y nos pusieron la emoción en la garganta desde el principio hasta el final. Eran sólo hombres en el escenario y baile de hombres vimos, aunque fuera en cuerpos de hombre con edad y energía de adolescente. Porque con 17 y 16 años, parece que sólo deberían preocuparse de jugar a la play o seguir a los galácticos. Pero no, su destino está forjado desde antaño, y es el flamenco.

Con una hermosísima estampa por martinete, salen dos a dos los cantaores hasta que remata en solitario el Guadiana, para que Farruco salga a escena y demuestre que no lleva ese nombre en vano. Tiene este joven una fortaleza intensa, una energía que traslada a un baile de pellizco constante que por martinete y seguiriya conmueve. Cantan por fandangos ese quinteto del atrás que se mueve seguro por entre los ritmos de Huelva. No hay descanso. Sale Farruco por bulería galáctica, y ahí se vuelve loco el respetable cuando Antonio para el baile, sonríe y se regocija en su bulería.

Soleá del Barullo que me coge por sorpresa. Sabía de su estar en escena, pero Barullo ha cambiado..., a mejor y cuando para el baile, tiene gestos tan intensos de su abuelo Farruco, que emociona el recuerdo. Alegrías del Farru, y todo el teatro es un clamor. Su tía Pilar, la Faraona, no aguanta más, sale desde el público al escenario, y le quitan los zapatos como a Cenicienta, y entonces bailan dos generaciones juntas. Un bendito regalo. Hay mucho para el futuro yclaro que hay que pedirles más a estos dos bailaores, es de ley. Tienen capacidad para desarrollar más su baile, para controlarlo y pausarlo, pero a esa edad es un milagro lo que hacen. Ahora les falta sabiduría, y eso sólo lo da la vida, beber vida por los cuatro costados.

Fin de fiesta por bulerías y mira Farruco a su hermano Manuel, «El Carpeta» (ocho años), ¿quieres bailar?, y Carpeta baja. Este sí que da «miedo», este niño, de blanco y amarillo, no sólo baila, sino que mira, y eso, no se aprende, o se nace o no se tiene. Es la apoteósis. El público delira. ¡Ole los gitanos puros!, suena una voz. Pues, ¡ole!. - ABC


Discography

Still working on that hot first release.

Photos

Feeling a bit camera shy

Bio

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