His Majesty The King
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His Majesty The King

Madrid, Madrid, Spain | INDIE

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"“His Majesty the King, dúo madrileño que lleva algo más de un año acercándose a The White Stripes, Cat Power y PJ Harvey pero desde un perfl más garagero con algún toque de shoegaze y hasta surf”."

Pocas veces colisionan con tanta eficacia y conectan tanto entre sí factores que, por lo general (y lamentablemente), suelen marcar distancias dentro del mundo de la música. Críticos, músicos, promotores, productores, sellos, salas, empresarios, agentes de prensa y un larguísimo etcétera se han dado la mano en la segunda edición del Monkey Week, sirviendo de germen de un festival que en su año dos duplicó asistencia y se postula como uno de los nuevos grandes monstruos del mundo del festivaleo peninsular no por su carácter masivo (al menos aún no) sino por demostrar que otro perfil diferente de festival es posible en nuestro país tanto para difundir y dar cobijo a las nuevas propuestas en materia sonora como empresarial y por transformar un pueblo como el Puerto de Santa María en un centro indispensable e insustituible de encuentros entre público, grupos y gente relacionada con el mercado musical; pero, sobre todo, un alegato generacional a la programación romántica, al margen de negocios empresariales. ¿Los mejores directos? Fiera, Ainara LeGardon, los Buzzcocks, La Débil, Espaldamaceta o Quintron & Miss Pussycat han estado un peldaño por encima del resto, cada uno en su ámbito, a pesar de que el momento de excitación más fulminante haya sido el final del concierto de Triángulo de Amor Bizarro. ¿Lo peor? Sonic Boom, Hola a todo el mundo y el grueso de los artistas de la jornada inaugural. ¿Y Faust? Bajo el paraguas debido a un torrente de agua que obligó a suspender su actuación. Notodo hemos estado allí, hemos podido ver la dimensión de un proyecto que cuenta con el aval de todos y os contamos cómo ha sido nuestro Monkey Week particular.
Parece curioso, pero todo indica que el Puerto de Santa María se está convirtiendo en la meca del pop nacional, al margen de las grandes ciudades y centros neurálgicos de materialización de la música y su negocio. A Paco Loco, la revista Freek Magazine, la mítica sala Milwaukee, Nacho Vegas y Enrique Bunbury con sus visitas diáfanas y promoción del Puerto e iniciativas más recientes como Mirador Pop, la plataforma Salvemos el Directo o la programación por parte de Giradiscos de algunos de los bichos raros del underground global se le suma el Monkey Week. El festival no hace más que sumar todas aquellas partes y pensar de modo diferente el concepto de festival al uso, ya que es posible que el Monkey no se tenga ni se deba entender como festival, sino más bien como un encuentro, un centro de conexión, un núcleo participativo y el comienzo de proyectos que, sin duda, pueden cambiar el curso de la música en nuestro país en las más diversas materias, desde la edición y la difusión hasta las conexiones sonoras entre grupos, géneros y tendencias. Stands de promotoras y sellos independientes, conciertos en forma de showcases repartidos por salas de todo el Puerto de Santa María a lo largo de tres días desde la mañana hasta por la noche, talleres a cargo de reputados músicos de carácter nacional e internacional (desde Julio de la Rosa y Olaf Ladousse a John Agnello o Lucrecia Dalt), conferencias donde los más importantes músicos, comunicadores y gente relacionada con el medio (desde escenógrafos y creadores de sellos hasta miembros de la SGAE, agitadores culturales o programadores) y hasta entrevistas con los creadores de la verdadera opinión pública sónica: el hipermercado soñado por melómanos y amantes de la música desde el trasfondo más profundo tienen la mesa servida en España. Y ya era hora.

Iniciando la máquina de ángeles (Día 0)
El viernes 8, jornada inaugural en todos los sentidos, sirvió para que fuéramos abriendo boca de lo que se iba a cocer por allí. Aún con todo por hacer y todos por llegar, nos topamos con un día donde el peso fuerte lo llevaban las conferencias, la llegada de los primeros stands y la formación del armazón de lo que podríamos disfrutar durante el resto del fin de semana. Nos adentramos en las primeras conferencias, uno de los platos más fuertes del festival, con acogida bastante numerosa en todas y cada una de ellas. Amigos en el infierno. Patrocinios, marcas y sponsors nos adentró en el mundo de las alianzas entre las grandes marcas y el mundo de la música con opiniones dispares y perfiles diferentes (desde plataformas cénit en el mundo de la música como Heineken o el grupo Varma –Ron Barceló, Jack Daniels- hasta opiniones de perfil más reducido como Daniel Simón, de la Comunidad CAMON); mientras que A un clic del dial nos presentó el mundo de las radios online en un debate donde los líderes de radios por Internet como ScannerFM, Rockola o Music Victim mostraron sus diferentes propuestas, cuestionaron la radio tradicional y abrieron una puerta hacia un futuro inminente en el mundo del periodismo musical radiofónico. Por la noche llegaría la primera entrega de carnaza sonora, quizás sin demasiado acierto por parte de los grupos participantes a nivel general (todo lo contrario con el resto de los días de festival). A un más que tibio, lineal, desafinado y soso Jonston con su colección de melodías puristas dentro de un pop ya extinguido le siguió uno de los mejores showcases de todo el festival: La Débil. Si Lucha perro no te convence (como a un servidor) en disco, en directo es una bomba tremebunda en la que el quinteto madrileño cabalga entre Nudozurdo y Penélope Trip uniendo actitud, un sonido impecable, una energía avasalladora y unas santas manías que hacen del grupo la banda sonora de un estallido popular. Lo que nos quedaría por ver esa noche sería la bastante lamentable (aunque con dos cojones) actuación de Tom Bennet y la desafortunada sesión de Chico Biónico. El primero se limitó a jugar al antikaraoke de Rachel Arieff pero sin ningún tipo de gracia, quitándose la camiseta, bailando desenfrenadamente y ofreciendo una suerte de teatro musical de crooner del extrarradio que no llega ni a los tobillos de El Vez o Adanowsky. El segundo era Gerardo Cartón, director de PIAS Spain que se limitó a mezclar rap de finales de los ’80 con versiones corales de grupos como Kaiser Chiefs sin demasiado acierto ni pulso. Mejor sería coger almohada y manta y madrugar para ver a Ainara LeGardon y Autumn Comets.

De esos polvos futuros lodos (Día 1)
La primera jornada ‘oficial’ generaba bastante expectación. Se trataría del día con mayor afluencia de público, en gran parte porque los showcases más vistosos y populistas (Hola a todo el mundo y Mujeres lo petaron) se daban cita, además de que la jornada de noche tendría a los cabezas de cartel (Faust), a priori. El turno de romper el hielo lo tendría Ainara Le Gardon, aquella chica que inició hace años su regusto por el folk íntimo que años más tarde popularizarían gente como Russian Red o Anni B. Sweet. La joven se cansó de ser condescendiente con ese mercado que nunca la reconoció del todo y se colgó la guitarra eléctrica, se compró un par de pedales y ahora se acompaña por Héctor Barbosa para brindarnos uno de los tres o cuatro mejores conciertos de todo el festival. Una riot grrrl bien peinada y con vestido de lunares que pasaba del grito al secretismo más puro, yugular, fiero y potente, adelantando canciones de lo que será el inminente nuevo disco a editar por Aloud Music Ltd., que promete (a juzgar sólo por esa pequeña porción de directo) ser uno de los discos del año. A continuación se subieron al Escenario Mondonosoro los jóvenes Autumn Comets, una de las nuevas grandes figuras a descubrir por el gran público, mezclando pop ambiental con rock experimental y erigiéndose como verdaderos transmisores de sensaciones, armonías y espacios dulces. Hubo sitio para una versión de M.I.A. (Paper Planes, incluida en su nuevo disco, a editar por Cuac!) y haciendo del violín eléctrico y el sintetizador dos marcas de diferenciación y especialización de uno de los grupos con mayor futuro del underground madrileño. Por la tarde el dúo franco-español L’Avalanche ofreció un directo que parecía más un ensayo de rock poético sin chicha que un concierto en toda regla. Demasiado densos. Mejor sería unirse a la manda que acompañó a Mujeres en su showcase. Siendo fieles a su actitud, el cuarteto catalán se encontró a las cuatro de la tarde parados encima de un escenario con legañas en los ojos y una resaca del tres intentando entender por qué son una de las mejores bandas de garage del estado. Les costó sus tres o cuatro temas entenderlo, pero acabaron incendiando el escenario con sus riffs limpios, su chulería auténtica y sus frases provocadoras (“¿Por qué no os acercáis más? Debe ser porque los catalanes olemos mal”) haciendo bailar por primera vez al público del Monkey Week con un Miqui Puig descontrolado en primera fila arengando la versión de Vamos, de Los Saicos. Pura actitud.

Espaldamaceta lo tenía chungo al empezar: apenas tres personas entre el público. Así y todo el tarraconense se encontraba más a gusto que un arbusto, muy suelto y con un contenido expresivo envidiable (muecas, caras y una forma de tocar y cantar muy personal) que transmitió mejor que nadie sensaciones en un emotivo concierto que fue recibiendo cada vez a más público y levantando al cantautor catalán como líder de una nueva trova de la canción íntima con mucho camino por recorrer. Hola a todo el mundo acogería en la sala Mucho Teatro el que sería el showcase más masivo. Con retraso de algunos minutos, los madrileños confirmaron las sospechas: son una bonita foto, bien retocada con Photoshop y kilos de maquillaje. En cuarenta y cinco minutos les dio tiempo a parar en mitad una canción para volver a empezar, a tener que apurarse por acabar, a aburrir en la mayoría de sus piezas y a gastar casi diez minutos en tocar instrumentos pequeños como el triángulo, el toc toc o un rallador que no aportaban absolutamente nada a sus piezas, ladeadas en detalles inservibles. Así y todo siguen teniendo un buen par de canciones (A Movement Between These Two y Hatem Prayer Team) y se traen al público de calle: todo el mundo (valga la redundancia) coreando su hit y ovacionándolos al final de un concierto que fue pura facha. Como diría aquel lema de Sprite: “la imagen no es nada: la sed es todo”. Les falta bastante sed aún. De ahí corriendo a ver el showcase que Guillamino, con una especie de visera-máscara con dibujos dignos de un traje de El Santo, ofreció: pura fiesta de verbena futurista donde el electrofunk en el rollo de LCD Soundsystem se mezclaba con sonidos de discoteca subterránea molona en un directo más que divertido. A seguirles la pista, sin duda.

Por la noche llegaría el dulce y la arena. Con retraso de más de una hora empezaba Andrew Bird, otrora el mejor silbador del pop actual usando su violín a modo de guitarra y ukelele, pre-grabando su voz y su instrumento como base y mezclando, una vez habiéndose quedado en calcetines, unas melodías celestiales bajo loops vocales completamente armoniosos. Excesiva belleza. Por el contrario, había mucha expectación por ver a Pony Bravo y acabaron decepcionando. Mucho había oído de “Pony Bravo en directo son la hostia” y, quizás por el exceso de expectativas, el concierto de los sevillanos fue aburrido, tibio, soso y repetitivo. Aquel rótulo de que son “el cante jondo mezclado con The Doors” se les quedó un poco amplio. Así y todo El guarda forestal es un verdadero temón. Una vez acabado el concierto de los sevillanos sucedió aquello que nadie quería que sucediera: el apocalipsis. Aunque a Lüger y Faust les va mucho el rollito de psicodelia en un marco torrencial, la imposibilidad de realizar los conciertos bajo tal torrente de agua inundó el escenario, la tierra y las ganas de ver a los alemanes, que horas antes tan felices se los veía comiendo pescaíto en una terracita del Puerto. Otra vez será. Segunda noche de almohada y manta y a dormir la mona (nunca mejor dicho).

Ruido, psicodelia y experimentos sónicos (Día 2)
Las primeras horas de la mañana del domingo 10, tras la decepción de no haber podido ver a Faust, Lüger y Chrome Hoof se solventó con los ruidos adulterados que Olaf Ladousse nos enseñó a hacer un su taller de creación de doo-rags. Nos contó no sólo la historia de estos peculiares instrumentos, sino que hemos realizado junto al mismísimo líder de Los Caballos de Düsseldorf la manipulación de una pistola galáctica de juguete para convertirlo en un elemento de puro ruidismo sonoro. Más que interesante para seguirle la pista (y así lo hemos hecho yendo a verlos en directo al otro día). Lo que seguiría sería el discreto concierto que Ornamento y Delito aprovecharon para presentar su nuevo disco bajo la estela por primera vez de un sello (Limbo Starr): Rompecabezas de moda y perfección moral. Un combo que lleva años amenazando con dar el salto con canciones que beben más del indie de los ’90 de grupos como El inquilino comunista pero en una vertiente más arty, shoegazer y con un fuerte contenido filosófico-literario en sus letras. Mejor hubiera sido que a Gari, enfundado en las primeras canciones bajo una txapela roja, se le hubiera entendido lo que cantaba. Un grupo como ellos lo necesita. Apenas acabado su concierto, nos acercamos a la sala de conferencias para celebrar los 25 años de la revista Ruta 66 y debatir acerca de cómo ha cambiado el mercado de la música en directo durante estos últimos cinco lustros con confesiones y opiniones de gente como Fino Oyonarte (de Los Enemigos), la programadora de la sala Sol (Marcela San Martín) e importantes promotores como Carlos Espinosa (Riff Music) o Ernesto González (FIB), además del mismo Alfred Crespo de la mítica revista.

Por la tarde varios conciertos más que interesantes, manteniendo bastante alto el nivel de los showcases. Empezamos con His Majesty the King, dúo madrileño que lleva algo más de un año acercándose a The White Stripes, Cat Power y PJ Harvey pero desde un perfil más garagero con algún toque de shoegaze y hasta surf. Un bastante buen directo al que sólo le hace falta, quizás, algo más de rabia y actitud punk por parte de una Clara que se encuentra con soltura tanto en la guitarra como en la batería, pero de la que precisamos más gritos, desgañites y suciedad vocal. A continuación Fiera petarían la Plaza del Castillo con, seguramente, el mejor concierto del festival: pura chatarra hecha música. Los mismos músicos de Pony Bravo, que la noche anterior decepcionarían, se redimieron con una colección de canciones que hacen que el proyecto paralelo se meriende a la banda madre. Unas letras con total sinsentido, un bajo que marca la pauta e instrumentos creados a partir de latas, cacerolas, serruchos, toneles de madera y un ingenio locuaz. Verdaderos lutieres que hacen de su carácter étnico una revelación pop como pudieron ser, en su línea, Devo o Violent Femmes. Todo vale: melodías silábicas, ruido y rock oxidado en la plaza del pueblo. Holywater aprovecharían para presentar su cuarto disco y el primero bajo el sello Ernie Records (que está albergando lo mejor del pop-rock gallego). Tres años de silencio han sido muchos para que nos olvidemos lo bien cerrados que suenan sus composiciones. Esta vez más cerca de un perfil de rock americano en la línea de Foo Fighters, mucha presencia de guitarras unos sonidos bañados entre fuzz y melodías perfectamente ejecutadas por un Ricardo Rodríguez que fue una de las mayores bestias de directo que vimos en los cuatro días de festival finalizando el show con lanzamiento al suelo de su guitarra. A escuchar, pues, The Path to Follow. Lüger tuvieron revancha en la Plaza del Castillo. Parece que les persiguiera el agua, porque con su salida al escenario comenzó a gotear nuevamente, pero no pasó a mayores: los madrileños estrenaron formación nueva tras la marcha de su cantante y la incorporación de Eduardo García a la guitarra y, a pesar de que podrían haber dado más y les costó sus varios minutos centrarse y ajustar niveles, se marcaron un potente directo mezclando krautrock y psicodelia de bastante afán instrumental como nadie consiguió hasta ahora en España.

La noche estaría marcada por el fuerte frío pero una buena noticia: cielo despejado. Sirvió para que colisionemos con el directo de Cave. Compendio de rock de psicodelia post-sinfónica, bastante ruidosos y monocordes que hicieron que su directo se transformara en el principio del coñazo pero aportando aridez a sus composiciones y un bastante buen final que les salvó las papeletas. Al que no lo salvaría nada es a Sonic Boom. Sus primeros quince minutos bajo el inquietante drone, su falta de cohesión entre la base y la voz y su incomodidad en el escenario auguraban un concierto mediocre tirando a pésimo. Era más divertido ver cómo se peleaba con el técnico de sonido que escuchar sus composiciones. Fue después con la incorporación que los malagueños Tom Cary a escena acompañando al ex Spacemen 3 que el directo salió algo reconfortado y que acercaron las piezas de electrónica minimal del músico hacia un terreno más sólido. Aún así, poco había ya que hacer. Diferente fue la historia con Quintron & Mis Pussycat, dando uno de los mejores conciertos del escenario grande. Una introducción en forma de espectáculo rocambolesco de títeres con la pizza (what the f***?) como temática principal a lo que seguiría un concierto mezcla de crooner, hombre-orquesta, rock bailable y canciones coreables incluso para quienes no los habíamos oído nunca. Hasta el teclista de Cave y una espontánea se subieron a saltar descontrolados al escenario, haciendo más animada una noche que Sonic Boom parecía haber enterrado bajo el frío gaditano. The Strange Boys serían los últimos que veríamos esta noche (luego vendría Kid Koala). Un público entregado (los miembros de Mujeres estaban como niños en una tienda de juguetes cogiendo apuntes) ante un directo que parecía hecho por The Rolling Stones en plena gestación del Exile on Main Street. Los norteamericanos son aún unos chavales, parece que lleven 38 días sin dormir y tres años sin ensayar, y así y todo mezclan aquella vertiente de malditismo clásico con el rock de The Libertines con desparpajo y naturalidad, además de sonreírnos con frases en robótico español como “todos los baños necesitan papel” o “somos Los chicos extraños”. Be Brave!

¡Apaga la tele! (Día 3)
La última jornada nos encontraba a todos con cansancio acumulado, pero acostumbrado a movernos entre stands y formalizando relaciones y lazos de unión entre sellos, músicos y periodistas como nunca antes pensamos que se conseguiría. Así y todo, quedaba una buena ración de directos. Directos desde las Islas Baleares, Papá Topo aterrizaban en formato trío: Adriá y Paulita (totalmente necesario el diminutivo) acompañados por un músico que arremetió con guitarra y mandolina. Mucho mejor que en el concierto que pudimos ver teloneando a Los Punsetes en la sala Caracol madrileña antes de verano, con aquellos músicos que parecían sacados de una orquesta tributo a Extremoduro y Platero y tú. Siguen con aquel mal vicio de los nervios, de cantar fuera del micrófono y dando imagen de niños jugando a la banda de pop. En realidad, eso es lo que son: niños en una banda de pop. Lo cierto es que el potencial de sus canciones, el contenido melódico, la imagen única que dan y el sonido que logran en el disco no lo pueden conseguir en directo. Les falta entrenamiento, mejores consejos y algún adoctrinador (el mejor sería Guille Milkyway) para que sus directos sean tan molones como sus versiones de estudio. Aún así lcanciones como La chica vampira y Lo que nos gusta del verano en directo molan y mucho, y Sanguijuelas y Animadora se perfilan como grandes futuros temas. Me & the Bees también fueron una de las gratas sorpresas de “grupos por descubrir” junto con Autumn Comets. Presentaron canciones de su primer disco, Fuerza Bruta. El nuevo proyecto del ex Half Foot Outside Carlos Leoz es un grupo de pop femenino formado por él mismo y tres jóvenes chicas que solapan pop americano con folk bajo la potente voz principal de una cantante con un timbre más propio del soul pero que va que ni pintada a la hora de acometer en canciones con gran futuro y un disco debut que puede pelear por ser el disco novel del año. The Guinea Pig, por el contrario, sonaron aburridos y simulando una jam session con poco ensayo. Algunos momentos álgidos, pero por lo general una linealidad para canciones que no son gran cosa y que sólo aumentan de nivel cuando se cuelga la guitarra eléctrica Pablo Egea, líder total de su proyecto unipersonal. Antes de ellos, quedó un ratito para ver el debate sobre la creación de nuevos espacios escénicos, ahondando en qué necesitamos y cuáles son los pasos a seguir. This Drama, venidos de Tenerife y avalados por triunfar en los Rock Villa de Madrid hace tres ediciones, utilizaron la vidriera del Monkey Week para presentar Tarántula Mata, flamante nuevo disco de la banda que mezcla emocore con hardcore melódico y un directo incendiario, veloz, chulo y americanista.

Eladio y los seres queridos (inaugurando nueva vocal -la a por la o-) la tenían bien montada en la Plaza del Castillo. Ante un buen número de asistentes, Eladio (antes Elodio) se presentó con su banda en formato trío: teclado, guitarra acústica y bajo sostenido por baterías programadas, canciones de amor en tono tan cómico como serio. Desparpajo y canciones como Espanha a las 8 (verdadero hit con la nh) o Al Himalaya sumadas a nuevas composiciones del inminente sucesor de Esto que tienes delante ameritan el talento del gallego y su amor por las melodías bonitas. El concepto de melodía no existe para Olaf y su pareja, dúo tras el que se esconden Los Caballos de Düsseldorf. Allí pusieron en práctica cómo mezclar los doo-rags en directo bajo video-proyecciones y atuendos que incluyen sujetadores en forma de gorro. Allí presentaron canciones (sí, tienen canciones aunque no lo creáis) de su nueva cinta editada por Afeite al perro y nos dejaron ver cómo una cabeza de una cafetera o un muñeco de Picachu pueden sonar tan endiabladamente ruidosos. La hostia. Aún quedó tiempo para ver cómo el experimento en forma de taller multitudinario que había llevado a cabo Rhys Chatham (padre de Sonic Youth y la generación noise y productor en los inicios de Brian Eno o Robert Fripp, entre otros) era posible: ocho guitarras en directo sostenidas por el bajista de The Guinea Pig y el batería de Lüger haciendo de las jam session una judía verde al lado de la materialización de este proyecto, tan psicotrópico y experimental como formativo para toda una nueva generación de ruidistas.

La noche se saldaría con unos triunfadores: los Buzzcocks. Pero antes de que los británico salieran a escena ya había desfilado el rock raruno de unos Ginferno con un directo bastante bien cerrado y cómico, mezclando guiños a Karina (No somos ni Romeo ni Julieta) y 50 Cent como su facción más psychobilly (Nekromantix estarían orgullosos de ellos), surf y hasta étnica (tango y música árabe asomaron la cabeza por sus canciones). Luego vendría el trío gallego reconvertido a cuarteto Triángulo de Amor Bizarro. Posiblemente el nombre estatal más conocido de todo el festival paseó por sus dos discos dejándonos costados más ásperos y lentos como piezas realmente incendiarias como Isa vs. El partido Humanista, El himno de la bala, El baile de los caídos o Amigos del género humano para culminar con el momento más álgido de todo el festival con Rodrigo e Isa tirados en el suelo rebotando ruido y rock por todos los poros con El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo. Tremendos. Después de los gallegos aparecería el nuevo germen de los Buzzcocks. Sólo queda la base (Steve Diggle y Pete Shelley) pero siguen sonando como un tiro. Con aspecto de abuelos fraternales bastante cascados reavivan el espíritu del ’77 como nadie. Ya le gustaría haber podido hacer lo mismo a John Lydon, pero no. Aquí los Buzzcocks trazaron un repertorio histórico, mostrando por qué ellos estaban en medio del punk sucio de los Sex Pistols y el punk inteligente de The Clash, sirviendo de contrapeso gracias a canciones como I Don’t Know What to Do o Get On Your Own. Acabaron vitoreados y obligados a salir a lanzar tres bises como puños acrobáticos: Oh Shit, Ever Fallen in Love y Orgasm Addict con un desaforado y emocionado Diggle gritando “¡Que le jodan a la televisión!¡El rock and roll volverá”. Si esto no es romanticismo puro y duro, apaga y vámonos. Chúpate esa, Lydon.

Dicho esto, ¿qué más queréis? Aquí queremos, al menos, 50 ediciones más del Monkey Week, para ver con la perspectiva de clásicos un festival que tiene pinta de que se transformará en el eje de referencia del mercado musical de nuestro país. Romanticismo, tradición y puerto de mar. ¡Ojú!
- Notodo


"Era totalmente impossível de ignorar aquela menina mandando ver na guitarra e microfones enquanto seu companheiro detonava nas baquetas, o descanço tinha ido para o espaço mas valeu a surpresa"

As dez da noite chegava o primeiro grande remanescente dos anos noventa no festival. Após quase uma década sem lançar um LP o Superchunk, que já anunciou disco novo para este ano, demonstrou de vez ser uma das bandas mais queridas do indie norte-americano, com temas como "Cast Iron" e "Precision Auto" que teve a participação de Tim Harrington do Les Sav Fav, banda que se apresentou no dia seguinte. Não muito distante dali o Mission of Burma e o Crocodiles disputavam a atenção do público, o primeiro com seu post-punk mais explosivo e o segundo levantando poeira com seu shoegaze, além do Broken Social Scene que fizeram o show de apresentação de seu novo álbum, "Forgiveness Rock Record". Numa rápida tentativa de descanso no reservado da Adidas, após horas circulando de um palco a outro, acabei sendo pego de surpresa por uma dupla madrilenha chamada His Majesty the King, era totalmente impossível de ignorar aquela menina mandando ver na guitarra e microfones enquanto seu companheiro detonava nas baquetas, o descanço tinha ido para o espaço mas valeu a surpresa. Bonito também foi ver o forte abraço da dupla atrás do palco ao terminar o show comemorando o feito, que, segundo as palavras da jovem tudo tinha acontecido muito rápido e nem os mesmos esperavam tanta atenção.
- Zona Punk


""Era totalmente impossível de ignorar aquela menina mandando ver na guitarra e microfones enquanto seu companheiro detonava nas baquetas, o descanço tinha ido para o espaço mas valeu a surpresa""

As dez da noite chegava o primeiro grande remanescente dos anos noventa no festival. Após quase uma década sem lançar um LP o Superchunk, que já anunciou disco novo para este ano, demonstrou de vez ser uma das bandas mais queridas do indie norte-americano, com temas como "Cast Iron" e "Precision Auto" que teve a participação de Tim Harrington do Les Sav Fav, banda que se apresentou no dia seguinte. Não muito distante dali o Mission of Burma e o Crocodiles disputavam a atenção do público, o primeiro com seu post-punk mais explosivo e o segundo levantando poeira com seu shoegaze, além do Broken Social Scene que fizeram o show de apresentação de seu novo álbum, "Forgiveness Rock Record". Numa rápida tentativa de descanso no reservado da Adidas, após horas circulando de um palco a outro, acabei sendo pego de surpresa por uma dupla madrilenha chamada His Majesty the King, era totalmente impossível de ignorar aquela menina mandando ver na guitarra e microfones enquanto seu companheiro detonava nas baquetas, o descanço tinha ido para o espaço mas valeu a surpresa. Bonito também foi ver o forte abraço da dupla atrás do palco ao terminar o show comemorando o feito, que, segundo as palavras da jovem tudo tinha acontecido muito rápido e nem os mesmos esperavam tanta atenção.
- Zona Punk


""En una escena repleta de chicas delicadas y prácticamente viviendo en una poligamia con sus guitarras y ukeleles, es de agradecer y alabar que aún queden ahí fuera chicas que se desmarquen como debe ser: con puro rock""

En una escena repleta de chicas delicadas y prácticamente viviendo en una poligamia con sus guitarras y ukeleles, es de agradecer y alabar que aún queden ahí fuera chicas que se desmarquen como debe ser: con puro rock. Eso sí, Clara comenzó al otro lado, con su acústica y con Brian Hunt produciéndole algunos temas.

Varios meses han pasado desde entonces y con la llegada de Nacho a la batería, el experimento ha empezado a cuajar como los mejores: despacito y sorprendiendo por el camino. Ver en directo cómo suenan y lo mucho que envuelven sólo con una batería y una guitarra eléctrica, deja claro que His Majesty The King aún tienen mucho que decir. Tienen mucha garra sobre el escenario, y lo mejor de todo: están listos para demostrarlo. Habrá que esperar a su primer EP, pero por lo pronto damos gracias a los cielos por tener a chicas como Clara dándolo todo por el rock sin perder un ápice de elegancia e incluso candidez. Esta canción te la puedes descargar desde el Bandcamp de la banda. - RTVE (Spanish National Radio&Tv)


"“His Majesty The King entre otros, serán los encargados de demostrar la valía y el gran abanico de propuestas musicales que posee el indie patrio, perfectamente exportable a otros países”."

ARTURO J.PANIAGUA (RADIO 3)
27.05.2010El sol se ha posado en la capital catalana para recibir la primera jornada de uno de los festivales más completos de los que se celebrarán este año en la geografía española.

El Primavera Sound llega cargado de diversas propuestas pensadas para llenar el fin de semana de una marea de claros rasgos estilísticos. Mucha gafa de pasta, muchas Wayfarer y las indiscutibles All Star se convierten en una especie de uniforme en medio de la pasarela de moda en la que son eventos de este tipo.

La clara protagonista de estos tres días junto al mar es la música. Por los seis escenarios repartidos por los recintos del Fòrum, pasarán unas 120 bandas y artistas que conforman un cartel que recoge lo más selecto del panorama nacional y sobre todo internacional.

Con esta premisa, se espera que esta edición sea una de las más exitosas del festival en términos de asistencia. En 2009 fueron 76.000 personas las que pudieron disfrutar del evento, que este año cumple su décimo aniversario.

Los clásicos
Esos que deben verse al menos una vez en la vida. Tienen una buena representación en Primavera Sound 2010. Así, los Pixies volverán a centrar la atención sobre un escenario español tras su desagradecida actuación del FIB 2006, donde la pasión por la música y la intensidad brillaron por su ausencia. ¿Lograrán superar unas expectativas muertas? Habrá que esperar a este viernes para comprobarlo.

Pavement es otro de los nombres imprescindibles de este año en el Primavera. La noticia de su regreso a los escenarios diez años después de su separación fue prácticamente una bendición para la música indie estadounidense. Los de Stephen Malkmus fueron grandes en los 90 y pretenden demostrarlo con una batería de éxitos que no pasan de moda, perfectos para caldear los ánimos en la jornada de apertura del festival.

Wilco no se han separado. Ni Dios lo quiera. La banda de Chicago es una de las grandes atracciones del Primavera Sound. Su espectáculo frente al público es una conjugación de talento y virtuosismo que se hace imprescindible.

Un show con Jeff Tweedy y los suyos tiene una canción para cada momento (de la tierna "Jesus Etc." hasta la electrizante "Heavy Metal Drummer"). Si a eso añadimos que su más reciente disco, Wilco (The Album) , fue uno de los mejores lanzamientos de 2009, queda claro que la jornada del viernes tiene nombre propio.

Lo 'in'
Sí, legiones de hipsters (término inglés que podría traducirse al castellano como "modernillo") llegan a Barcelona influenciados por biblias de la música indie en internet como Pitchfork o Stereogum. Será una gran oportunidad para ver a esas bandas emergentes que en Brooklyn saltan por todas partes, pero que escasean bastante en España.

Yeasayer son una de esas. Visitan España tras publicar una joya que se postula como uno de los mejores discos del año, una maravilla bailable titulada Odd Blood, que lleva la electrónica a un plano de elegancia que se conjuga con influencias pop llenas de detalles.

Los también neoyorquinos The Drums son una de esas apuestas de futuro que suelen hacerse en la música indie, lo que está de moda y terminará sonando por doquier. Tan sólo han publicado un EP y ya cuelgan los carteles de "entradas agotadas" en sus conciertos. Aún no hay fecha clara para escuchar un disco completo, pero la gente sigue bailando con ese "I Felt So Stupid" que une synth pop y electrónica sin despeinarse.

Spoon no es precisamente una banda emergente a pesar de que no es conocida por el gran público en España. Pero lo cierto es que la banda de Britt Daniel lleva casi 15 años facturando verdaderos himnos indies, que se han revalidado con Transference, el disco que han publicado este año y que sigue mostrándoles como una banda emblemática del indie rock estadounidense.

Toda una verdadera fiesta de la guitarra y el despendole la que pueden armar los de Texas en la segunda jornada del Primavera.

Los del patio
No sólo hay que alabar a las grandes atracciones. Las bandas nacionales, aunque no figuran en las letras grandes del cartel del festival, también tienen una sólida representación en el Primavera Sound de este año.

Así, nombres como Bigott, Cohete, Delco, Delorean, Emilio José, Linda Guilala, Lidia Damunt, Manos de Topo, Niño y Pistola, Standstill, His Majesty The King o Wild Honey, entre otros, serán los encargados de demostrar la valía y el gran abanico de propuestas musicales que posee el indie patrio, perfectamente exportable a otros países.

Son muchos los nombres que quedan por resaltar a la hora de analizar un cartel tan amplio y que basa su oferta en corrientes musicales tan distintas.

Al final, el Primavera Sound se convierte en una enorme revista en la que los asistentes hojean por donde gustan, pero en la que hay páginas para todos, seas fan de la conocidísima Florence + The Machine o seas de esos que piensan que los debutantes The XX son una gran sensación que hay que ver en directo.
- RTVE (Spanish National Radio&Tv)


"“Rock ruidoso, melódico, sucio, elegante y directo. Sacado de los mejores momentos del pasado y servido en un batido musical muy recomendable""

Al contrario de lo que nos quieren hacer creer, la música en este país proviene de una fuente inagotable, de la que siempre acabo recibiendo alguna agradable sorpresa. Y eso es lo que me llevé al conocer a His Majesty The King, un grupo/dúo que descarga en este EP, "I Can See You're Talking, But All I Hear Is Blah, Blah, Blah", un rock ruidoso, melódico, sucio, elegante y directo. Sacado de los mejores momentos del pasado y servido en un batido musical muy recomendable.



El grupo lo forman una cantante que toca la guitarra y un batería, algo que recuerda a uno de los grupos más aclamados internacionalmente de los últimos años. A mi me divierten más His Majesty The King, su música es más directa, despreocupada y visceral. Los cuatro temas que componen el EP son cortos, entre los dos minutos y los dos minutos y medio, pero hay suficiente para saber que tienen ese algo que hace falta. Esa chispa que siempre acaba inclinando la balanza hacia ellos.

En sólo un año han conseguido sonar como un grupo consolidado y lanzarse al vacío, en busca de un reconocimiento que no tardará en llegar. Si quieres saber más sobre ellos y descargarte el resto del EP, puedes hacerlo en su myspace.
- Desdeelaltavoz


""His Majesty son Clara (guitarra y voz) y Nacho (batería) y son capaces, aún siendo dos, de llenar el escenario y conseguir que allí no haga falta ni nada ni nadie para que la gente lo disfrute a tope y baile a tope""

His Majesty son Clara (guitarra y voz) y Nacho (batería) y son capaces, aún siendo dos, de llenar el escenario y conseguir que allí no haga falta ni nada ni nadie para que la gente lo disfrute a tope y baile a tope - Pilar Méndez- Vodafone Music


"“Su buena actitud sobre el escenario ayuda a conectar fácilmente con su música”."

Para los que no conozcan a Depreciation Guild, les diré que se trata del grupo paralelo de dos de los componentes de The Pains of Being Pure at Heart, una de las bandas revelación del pasado año. Aunque parezca increíble por la cantidad de conciertos que celebran (he perdido la cuenta de las veces que nos han visitado), aún les queda tiempo para girar alrededor del mundo presentando su nuevo trabajo. Y los que creáis que se trata de un proyecto secundario os equivocáis, ya que cuentan con más material de estudio que con The Pains y la fundación de la banda data de un par de años antes. Depreciation Guild destaca por sus tintes de The Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine, que junto a unos envolventes arreglos electrónicos transforman el shoegaze en una experiencia más cercana al dream pop.


Hablando del concierto, como teloneros nos encontramos His Majesty The King, un dúo madrileño que lanzaron su primer EP hace un año y que están recibiendo críticas muy positivas. Su estilo entre el folk, el pop-rock o el country de raíces más bien norteamericanas resulta cercano y acogedor, y su buena actitud sobre el escenario ayuda a conectar fácilmente con su música. Sin duda supuso un buen aperitivo antes de que la banda neoyorkina salieran a la palestra. Con una puesta en escena sobria, comenzaron poco a poco a desgranar Spirit Youth, sin olvidar su debut In Her Gentle Jaws. Si en los álbumes a veces es complicado diferenciar canciones, en directo este aspecto se acentúa de manera aún más evidente, ya que el sonido se vuelve más homogéneo. Esto se debe a que prescinden de bastante elementos electrónicos que en el disco tienen más peso (especialmente de sus aires 8 bits). También influyen las guitarras distorsionadas, que ganan protagonismo, volviéndose algo más crudos pero generando las mismas sensaciones envolventes.


Con “November” acertaron de pleno, con ecos de los Joy Division más atmosféricos; “Blue Lily” resultó tan preciosa y conmovedora como en el disco; en “Crucify you” demostraron quienes son los que están detrás del sonido de The Pains; “My chariot”, posiblemente su tema más popular, decepcionó ligeramente por la perdida de cierta delicadeza de la original en detrimento de un guitarreo excesivo. Fue en este tema fue donde más se evidenciaba la comentada carencia de su faceta electrónica. Pero siendo justos, tampoco supuso un gran trauma, ya que saben defenderse más que bien en directo, destilando pasión juvenil, urgencia en su mensaje y esa incertidumbre de los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Es, como también les sucede The Pains, lo que les hace tan especiales.

- Mundo Música


"“His Majesty The King no estaban en la ruta, pero nos quedamos en ese escenario Adidas, para dedicarles unos minutos de nuestro tiempo. El resultado apunta maneras"

Quedamos con todos en el Primavera. Al final vimos a los que pudimos, a los que nos cruzamos por casualidad y a los que paramos, porque algunos pasaron a nuestro lado como alma que carga el diablo, pantalones arremangados, camisa de cuadros y programa en mano, viviendo intensamente el estrés de estar 20 minutos en un concierto e ir preparando los pies para saltar de escenario, con una parada antes para mear sin hacer cola en el “monte” forumtesco.

Empezamos la jornada el jueves con el último concierto que ofrecerán Half Foot Outside, banda entrañable donde las haya que tras más de 15 años tocando juntos (a pesar de lo jóvenes que son) han decidido separarse. La formación del grupo se gestó como un juego, ensayaban en un local destatarlado, sin darle demasiada importancia, pero su estilo caló profundo y los mejores críticos musicales los encumbraron a una categoría de culto. El hecho de que todos los miembros del grupo estén dedicando sus vidas a muchos otros proyectos y de que vivan en ciudades distintas, les ha llevado a tomar una de las decisiones más difíciles de sus vidas. En el concierto hubieron guiños, abrazos en forma de canción, lagrimillas del público y escozor en la garganta de los Half. Con todo ello ya os podréis imaginar el percal. Pelos de punta para empezar a calentar motores. Tras esta primera inclusión, llegaron rápido The XX. Yo soy una fan declarada y oigo el disco en loop, pero la verdad es que no aguanté el concierto entero porque únicamente hubieron un par de despuntes de intensidad, cuando lo ideal hubieran sido que se desmarcaran del disco y jugaran más con las emociones de un público absolutamente entregado. Bizarros, con una gran influencia de bandas como CocoRoise y The Cure, su concierto dejó a muchos con una sensación de abandono que va a notar el Spotify. His Majesty The King no estaban en la ruta, pero nos quedamos en ese escenario Adidas, siempre desolado y sin embargo rugiendo incesantemente propuestas que bien podrían merecerse unos codazos por llegar adelante. Lo que decíamos, que nos alejamos de la ruta para dedicarle unos minutos de nuestro tiempo a la voz de Clara (natural y fresca como una rosa), mujer bandera que formó el grupo sin más compañía que su guitarra y su voz. Más tarde se ha sumado Nacho (batería) y el resultado apunta maneras aunque aún les falta un trechillo. Seguimos con Superchunk que no me despertaron ni un ápice de emoción más allá del rock “indie” que desarrollan con milimétrica precisión, siempre con sonidos perfectos, pero su linealidad (a pesar de los saltitos continuos de Mac McCaughan cuando no tenía que cantar) impidió que me apuntaran directa e irremisiblemente al corazón. Lo que decimos, las bellezas extrañas son siempre más interesantes que las que distingues a primer golpe de vista. Y tras Superchunk directos a Tortoise. Banda de culto, con una genialidad innata para pasar de un instrumento a otro como si fuera lo más natural y fácil. Un diez pero sin más. ¿Y qué decir de The Big Pink? Robbie Furze no es de este planeta, su fuerza brota de las manos y se traslada a las venas de su garganta para salir en forma de aullido. Nos gustó mucho su rollo, su estilo y su macarreo. Acabamos con una mención especial a los que consideramos los grandes de la noche, unos Pavement como la copa de un pino que se metieron al público en el bolsillo, demostrado que la experiencia no es sólo un grado sino que son muchos más. El concierto tuvo subidas y bajadas, pero ya se sabe que si siempre fuéramos felices no valoraríamos la felicidad, por eso las reacciones rápidas del grupo con la presencia en el escenario de invitados estelares (Kevin Drew y Ami Shalev –Monotonix-) dejaron en el público la irremediable sensación que hasta lo improvisado les salía perfecto.

- La Mono Digital


"“ I Can See You're Talking, But All I Hear Is Blah Blah Blah", lustroso EP que debería hacerles llegar lejos."

Una de lás maquetas que más nos gustó en 2009 fue la de His Majesty The King, dúo madrileño de rock formado por Clara y Nacho que, ahora, puede presumir de "I Can See You're Talking, But All I Hear Is Blah Blah Blah", lustroso EP que viene a confirmar su buen hacer. Cuatro electrizantes canciones encerradas en un bonito vinilo rojo de siete pulgadas que ya está en circulación y que podrás disfrutar aunque no tengas plato, porque el grupo lo ha puesto a tu disposición en su espacio de Bandcamp. Recién llegados de Barcelona –actuaron en el festival Primavera Sound entre buenas vibraciones–, tuvieron el detalle de acarrear parte de su equipo -batería, ampli, Telecaster– hasta la playa güifi, para interpretar dos de sus canciones en Achique Session. También nos contaron lo mucho que han aprendido al componer y grabar este disco, así como los entresijos de un trabajo que debería hacerles llegar un poquito más lejos.
- La Isla de Encanta


Discography

EP "I can hear you're talking but i hear is blah,blah,blah" (may 2010)

LP "Long Story Short" (Cuervo Music, may 2011).

Photos

Bio


His Majesty the King (AKA HMtK) is a two piece band from Madrid. The band started up as solo, with Clara on her own wondering whether she could consider that a real band.

Then Nacho came along -surprisingly he could play drums!

- We’ve known each other for almost three years now! How come we didn’t know we both played an instrument?- Clara asked.

- You talk way too much, did you know that?- Nacho replied.

They’ve no intention in becoming a trio -they don’t have spare room in the car for anyone else’s stuff. So by now them two make enough noise to make you forget there’s no one else on stage.

Following the ilustrious tradition of noisy and electricity-drunk duos, His Majesty the King have made their way into the Spanish underground scene claiming an impecable minimalism inspired by the likes of Nirvana and The Breeders but also Elastica and PJ Harvey.

In less than a year as a duo they released "i can hear you're talking but i hear is blah,blah,blah" EP (may 2010) followed by their first LP "Long Story Short" (Cuervo Music, may 2011) produced by Javi Ferrás at "Garate Studios" (Guipúzcoa), with live dates all through the year including Primavera Sound, Indyspensable and Monkey Week festivals an numerous venues in Spain.
HMtK are Clara And Nacho."