LOS DELINQUENTES Y TOMASITO
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LOS DELINQUENTES Y TOMASITO

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"12 DIAS Y UN DIA DE MUSICA GARRAPATERA"

Esto no va a ser fácil. Basta una rápida mirada al hall del hotel
barcelonés donde es la cita con el grupo jerezano Los Delinqüentes
para llegar a esa conclusión: el cantaor Tomasito nada a braza sobre
un sofá y a Marcos del Ojo, alias el Canijo, voz y guitarra, 50% de la
banda, no se le ve por ninguna parte. Diego Pozo, el Ratón, guitarrista
y 50% restante, es el que mejor parece llevar la resaca del
concierto del día anterior en Madrid, que los tuvo en pie
hasta las siete de la mañana. No el concierto propiamente,
se entiende, sino el cachondeo posterior. Y es que la juerga
que despliegan los gaditanos en el escenario no se acaba
cuando las tablas se quedan a oscuras. Termina mucho
después de que se apaguen los focos, igual que había empezado
mucho antes de que se encendieran.
De hecho, toda la prueba de sonido del concierto que van a dar
esa misma noche en Barcelona es un no parar de palmas y cantos
aderezados con vasos de amontillado, tacos de queso y jamón, y raudales
de jajás y jijís. Vamos, que todo lo que hace el trío formado por
Los Delinqüentes y Tomasito, que en esta ocasión se han asociado
para presentar en directo Los hombres de las praderas y sus
bordones calientes (un disco que han parido entre los tres y
que es “lo más parecido a grabar una fiesta en el patio de
una casa de vecinos de Jerez”, como define con inapelable
exactitud el dossier promocional), tiene tanto de trabajo
como de jarana. Y la entrevista no es una excepción. Lo
dicho: hacer un recorrido por los delitos de estos 12 años
y una día de música garrapatera no va a ser fácil.
Diego Pozo, Tomasito y Marcos de Ojos, el pasado 5 de noviembre en Barcelona.

“en el nuevo disco hacemos lo mismo que
en el camerino, lo que hacíamos cuando
empezamos: tocar sentados, guitarra de
palo, cajón y palmas”, explica ‘el canijo’
Tomasito se revuelve en el sillón mientras se suceden las preguntas.
Parece incapaz de estarse quieto. Lo confirma Diego al explicar el nuevo
formato de la gira, en la que los ocho músicos que suben al escenario
(ellos tres, más dos palmeros, un guitarrista, un cajón y un bajo) están
sentados formando una media luna: “A éste, para mantenerlo en la silla
hay que darle 10 dormidinas y atarlo con 40 cadenas...”. Por suerte,
Tomasito no tiene que permanecer las dos horas de espectáculo pegado
al asiento: en varias ocasiones se levanta y se hace el amo y señor de un
pequeño tablao en el que sus botas verdes de bailaor (“los pimientos”,
las llama él) zapatean con maestría. En las entrevistas no tiene esa vía de
escape. Al menos en teoría, porque en la práctica se arranca a cantar y a
bailar cada vez que la conversación le sugiere una melodía.
“¿Qué canción estaría dispuesto a robar para que formara parte de
su repertorio?”, es la pregunta. “Cantando bajo la lluvia. Es una canción
happy, y me imagino al público entonándola conmigo. I’m singing in the
rain...”. Y ya tenemos a Tomás Moreno; Jerez, 1969; dando palmas,
encogiendo los hombros y moviendo los pies. “O cualquiera del tío
Bob”, añade al cabo de un momento. Y ahora se arranca con una de
Marley: “I wanna love you, and treat you right...”. También viene con acompañamiento
musical el requerimiento siguiente: “Matarían por haber
hecho...”. “Yo, marcar el gol de Iniesta en la final del Mundial”, responde
Diego enseguida. “Yo, matar, matar... no veas, no...”. Y ahí están de nuevo
las palmas para sacarlo del atolladero: “De chiquitito me gustaba...”.
Y sigue una estrofa que arranca las carcajadas de su compañero. “El
Tomás mete los goles por la escuadra bailando”, dice Diego.
La aparición de Marcos, el Canijo, que se disculpa por la tardanza,
interrumpe la chanza. ¿Qué canción robaría él?, quieren saber sus
socios. No lo duda: “La barbacoa, de Georgie Dann. Ésa da pasta en
derechos de autor”. ¿Las suyas no? “Bueno, no tanto –sonríe–. Se venden
pocos discos”. Por eso no han podido sacar en vinilo sus últimos
trabajos, a pesar de que les gustaría hacerlo. “Estuvimos a punto de
sacar el anterior –revela Diego–, pero al final no se fabricó. Para lo que
vendemos... Todo el mundo tiene nuestros discos, pero nadie los ha
comprado”, lamenta. Ellos, como la gran mayoría de músicos del panorama
español actual, viven de las actuaciones. “Es en los directos donde
nos ganamos el pan nuestro de cada día”, suspira Marcos.
la gira que los tiene dando vueltas por España, pues, va a ser la
que les pague los vicios. “Desde el 14 de octubre hasta el 7 de diciembre,
vamos a tres bolos por fin de semana. Y una paletilla de jamón y dos
kilos de chicharrones en cada concierto”,
explica Marcos. “Y una botella de jerez
amontillado NPU”, añade Tomasito. “Lo
traemos porque esta gira es más flamenca
y estamos sentaditos, con nuestra mesita,
y llevamos nuestro vinito”, detalla Diego.
“Lo del vino es un compromiso –bromea
Tomasito–, porque nosotros no queríamos
hacerlo. Nosotros somos más de agua, de Aquarius y Nestea”. “Es que
somos de acostarnos temparanito...”, abunda Marcos. “Sí –sigue Diego–.
¿Tú has visto los 22 conciertos que vamos a dar? Pues son 44: los 22 que
tocamos delante de la gente y los 22 que hacemos al acabar”.
No es difícil imaginárselos en plena juerga después de un bolo o en el
Tío Zappa, el bar de conciertos que han abierto en Jerez y donde ponen
la música que les gusta: flamenco, rock de los 60 y 70, soul, funky... Imaginárselos
en plan trascendente ya cuesta más. Aunque, cuando toca
analizar lo difícil que lo tienen hoy las bandas que huyen del formato
radiofórmula, su discurso adquiere cierta gravedad. “Las cadenas no
hacen nada por apoyar la buena música”, denuncia Marcos. “Y el sistema
educativo español no fomenta la cultura musical –añade Diego–. En
Holanda, estás en un bar y suena un pedazo de disco de soul, o de jazz, o
de blues... música buena siempre. Aquí estamos a años luz de eso”.
En esa buena música es en la que ellos se inspiran para hacer el “rock
con carne” que define a los “garrapateros”, esos individuos que, según la
a
DOM 65
vuelta a las esencias
El nombre del disco procede de un Manifiesto de lo Borde
escrito en los 60 por el grupo de rock progresivo andaluz
Smash. Reivindica su espíritu garrapatero de siempre y el
sonido de sus orígenes. Incluye temas de entonces, otros de
Tomatito y hasta versiones de Bob Dylan y Violent Femmes.
peculiar jerga de la banda, “disfrutan teniendo
poco y tirándose por el barro”. En Los hombres
de las praderas y sus bordones calientes hay mucho
de ese sentido garrapatero de la vida. “Es una
fiesta entre amigos. Y Jerez y soniquete –define
Marcos–. Un disco con mucha fuerza, mucha
energía”. “Mucha frescura, muy poca sofisticación,
muy directo, nada de cosas complicadas...
¡Vamos, que nos vamos!”, remata Diego. Es también
una vuelta a los orígenes, a esos primeros
discos que grabaron con el Migue (Miguel Ángel
Benítez, quien fundó la banda, junto con Marcos,
en 1998, y que murió de un paro cardiaco
con sólo 21 años). “Es lo que hacemos en el camerino. Y lo que hacíamos
en nuestro primer disco y antes incluso de grabarlo: tocábamos sentados,
como ahora, guitarra de palo, cajón y palmas. Luego fuimos produciéndonos
un poco más: guitarras eléctricas, baterías...”, explica Marcos.
“Quienes nos siguen desde el principio van a reconocerlo enseguida: un
sonido desnudo, más exigente en directo”, añade Diego. Tomasito asiente:
“La gente pensará que es más fácil, pero no lo es. Este formato tiene
incluso más trabajo que el otro: tienes que estar pendiente del cajón, de
las palmas, de la voz. Cualquier fallo se nota más”, razona.
Momento de seriedad para hablar de su pasión. Lo rompe, cómo no,
Tomasito. “La foto de la portada del disco es en la casa de Tomás en
Jerez”, dice Diego con un guiño. El cantaor recoge el guante: “Nos metemos
todos ahí, los primos con las primas... Venga al cachondeo –hace un
gesto obsceno–, y salimos como los reyes, como los borbones”. ¿Como los
borbones? “¡Los borbones no, los bordones! –ríe–. ¡Los bordones calientes,
como nuestra banda!”. Y, de nuevo, encuentra excusa para rumbear,
secundado por Diego: “Si yo tuviera sangre azul me pegaría un vacilón
con la infanta de naranja y la infanta de limón”.
Cuidado: son doce años y un día por delincuentes. El empirismo no
falla: no ha sido fácil. Pero sí divertido. dom - EL PERIODICO DOMINICAL


"Delinqüentes: "Los puristas para nosotros son los que fuman puros, nos dan igual""

Llevan la bulería psicodélica y el cashondeo en el cuerpo. Y rinden pleitesía a la ciencia garrapatera. Para su sexto álbum, Los hombres de las praderas y sus bordones calientes, Los Delinqüentes han contado con el arte y las canciones de Tomasito. También con versiones de temas de otros y de los suyos propios. Se trata, explican, de un regreso a sus raíces,"una tortilla cósmica". Marcos del Ojo, 'Er Canijo', miembro fundador de la banda, habla con 20 minutos.

Nuevo disco de Los Delinqüentes, ¿los puristas del flamenco van a tener que tirarse otra vez de los pelos?
Los puristas, para nosotros, son los que fuman puros y no nos dicen nada (Risas). Pero, no, en esta ocasión hemos hecho un disco más flamenco. Hay rumbas, bulerías, música callejera, una producción más acústica, guitarras de palo, hemos contado con Tomasito... No lo hemos hecho para halagar a los puristas, es que nos ha salido así. Nosotros no creemos en la ortodoxia y las críticas nos dan igual.

¿Qué creen que pensará la banda estadounidense y super cool Violent Femmes cuando escuche su single Kiss Off entre palmas y cajones?
Hombre, pues seguro que les va a molar mucho. La canción la hemos llevado a nuestro terreno, aunque mantiene la misma estructura que la original. Las letras han sido adaptadas al español pero tratando de respetar en lo posible su contenido. Ha quedado con un punto rockanrolero muy guapo. Cuando la escuchen, se van a emborrachar con una botella del Tío Pepe del gusto. Ahora mismo deben de estar en una isla desierta, porque andan ilocalizables.

También versionan a Bob Dylan. ¿Se ha puesto en contacto con ustedes el autor para darles su opinión?
No, muchas veces los artistas ni se enteran de que un grupo está versionando sus temas, las negociaciones se quedan en la editorial. De todas formas, corren por ahí cientos de versiones de Dylan y, al parecer, él siempre autoriza todas. Eso sí, si oye nuestro El hombre que hay en mí, seguro que Bob también se emborracha con buen vino.

Tomasito firma con ustedes el nuevo disco, ¿qué nota le ponen como Delinqüente temporal?
Se ha integrado como un Delinqüente más, no hemos tenido ni un sólo problema. Todos somos paisanos de Jerez, nuestra música es parecida, tenemos gustos musicales parecidos. Fumamos lo mismo, bebemos lo mismo...

En este disco han colaborado Remedios Amaya y El Capullo de Jerez. Pero, antes, trabajaron con Muchachito Bombo Infierno, Kiko Veneno, Raimundo Amador… Les deben de quedar pocos artistas con los que quieran grabar.
(Risas) Sí, quedan pocos. Hemos intentado llamar siempre a los que nos han gustado, como Raimundo Amador. O Kiko Veneno, que es la biblia para Los Delinqüentes... Pero quedan algunos. Por ejemplo, Rosendo, que es un garrapatero bueno, o Robe de Extremoduro y Joaquín Sabina.

Estuvieron en mayo en Londres. ¿Cómo entiende un londinense el flamenco?
Tocamos en el O2 Academy de Londres. Y, la verdad, allí casi todos los asistentes eran españoles. Pero al resto les gustó mucho. El flamenco tiene una onda fuerte que también funciona por esas tierras.

¿Hay algo con lo que no pegue el flamenco?
En los tiempos que corren, puede funcionar con todo. Otra cosa es que guste o no. Quizá con el tecno. Con el tecno no pega.

Se hacen llamar 'Er Ratón' y 'Er Canijo'. ¿Qué les parece que se haya creado una 'Zoziedá pal Ehtudio’el Andalú' con el fin de reivindicar la identidad andaluza y su lengua?
Olé, superdeacuerdo con eso. No podemos perder nuestras tradiciones que son muy antiguas, se remontan muchos años atrás.

¿Qué música suena en su garito jerezano, Tío Zappa?
De todo: desde el ritmo vacilón de Mala Rodríguez a flamenco, Camarón, Pata Negra. No mucha electrónica, en todo caso Gorillaz. Y, después, rock de los 60 y de los 70. También soul y funky para bailar.

Los Delinqüentes han creado su propia jerga con palabras y expresiones acuñadas de aquí y de allá. 'Er Canijo' aclara el significado de muchas de ellas:

Diccionario delinqüente

Garrapatero: Dícese del individuo que disfruta teniendo poco y tirándose por el barro.
Rock con carne: es el estilo de música de los garrapateros. Una música para todos los públicos.
Hombres de las praderas: Véase garrapateros, pero en la época del underground de Sevilla, a finales de los 60. La expresión la creó el grupo Smash. Algo así como un hippy sentado en un escalón y haciendo botellón.
Hombres de las cuevas suntuosas: Son los presidentes de los consejos de administración, mercaderes. Aparecen en el 'Manifiesto de lo borde'. Cuando se realizó, allá por los años sesenta, era la época de Franco. Hay que entenderlo en ese contexto.
Bordones calientes: Es la banda de música que llevamos en esta gira. Antes íbamos con la Banda del Ratón.
Rumba ratonera: La rumba que se esconde por los rincones y te persigue como los gatos.
Garrapatomasiteando: Fue el título de una gira de este año, antes de que salieran el disco 'Los hombres de las praderas...'. Para esa gira, nos juntamos con Tomasito, de ahí el nombre.
Trabubus: Los gnomos de colores que te esconden el mando, las llaves, te apagan el termo y te están todo el día puteando.
Ondagarrapata: El canal que hemos montado en YouTube con nuestros vídeos.
BÍO: El proyecto Los Delinqüentes nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) de la mano de Miguel Ángel Benítez Gómez 'Er Migue' y de Marcos del Ojo, 'Er Canijo de Jeré'. Más tarde se les uniría Diego Pozo 'Er Ratón'. La pérdida de Benítez, en 2004, no frenó la trayectoria del grupo, que acaba de grabar su sexto álbum.

Los Delinqüentes tocan este jueves en Madrid; el viernes, en Barcelona y el día 6 en Valencia.
- 20 MINUTOS


"La canción urbana de los Delinqüentes divierte en Madrid"

Quién iba a decirles a los Delinqüentes que llenarían la madrileña sala Riviera, apenas unos años después de darse a conocer, por las bravas, a las puertas de Festimad, sin que hubieran sido programados a tocar en su cartel. Y eso haciendo del escenario el salón de casa, una sentada de taberna andaluza, con la inevitable botella de fino presidiendo la reunión…

En efecto, a diferencia de otros conciertos firmados por la banda jerezana, eléctricos y correpasillos, esta vez el cantante Marcos del Ojo y el guitarra Diego Pozo actuaron sin apenas despeinarse, eso sí, escoltados por músicos entre los que se encontraba Tomasito, que "enredó" bajo los focos por todos ellos.

Dado que el último álbum de los Delinqüentes también viene firmado por él, cantó y bailó por derecho, entre sus colegas sureños. Taconeó, se jaleó y sobreactuó en escena, con el nervio que le caracteriza, a un paso del rapero aventajado que un día fue.

La actuación de los Delinqüentes adquirió así un dinamismo inesperado, al que contribuyeron también el cajón flamenco, las seis cuerdas dobladas y el par de palmeros imprescindible en cualquier juerga de venta andaluza. De ahí que las más de veinte canciones propuestas por la banda se sucedieran en la Riviera a velocidad de vértigo, sobre todo una vez consideró el grupo, a la séptima interpretación, que su nuevo disco quedaba presentado ante la parroquia.'

'Los hombres de las praderas y sus bordones calientes' reza la última grabación del grupo radicado en Jérez y sus cortes llevan slogans no menos 'elocuentes'… 'Manifiesto del borde', 'La resaca', 'Voltereta', 'Donde crecen las setas'…

La vena surrealista que desde siempre cultivó el grupo ha cristalizado en himnos callejeros que tampoco faltaron en el concierto, caso de 'El aire de la calle', pero puede seguir rastreándose a día de hoy, a partir de un suma y sigue de composiciones en el que su fiesta continúa.

Más allá de la canción urbana y de parranda, palos de la rumba incluidos en ella, los Delinqüentes pusieron el pasado jueves un pie en el swing, el blues y el hip hop, demostrando que las derivaciones modernas de la copla cruzada con el cante alcanzan puntos de fusión con otras rítmicas calientes.

No es algo que los Delinqüentes hayan descubierto ahora, puesto que incluso la sonoridad electrónica ha desembarcado en el territorio de lo aflamencado. En cualquier caso, siempre resulta saludable para el oído que se reúnan en un mismo discurso musical el duende, el feeling y el swing. - EL MUNDO


"Siempre hay juerga en Jerez"

¿Quién es ese tipo que pugna por subir a un vehículo dumper parado ante un semáforo? ¿Y esos otros que persiguen a un entregado corredor junto al paseo de la Castellana? ¿Quiénes son capaces de guitarrear y dar palmas tumbados en el suelo de la madrileña plaza de Colón durante un crepúsculo (sabemos que en un amanecer cualquiera hace esas cosas)? Un trío al que todo -en materia de juerga- le da igual. O sea: Los Delinqüentes (Marcos del Ojo, Canijo, y Diego Pozo, Ratón) más Tomasito. "Para mal rollo, ya está el telediario", zanja Canijo. "En casa somos peor, fuera somos tímidos", se chotea Pozo. Puede. Durante la charla exprés, poco antes de que prueben sonido para un pequeño concierto en Hard Rock, tampoco se deshacen de uno de sus números favoritos: coronar algunas frases con palmas, jaleos y taconeo de Tomasito, ese artista fino como un junco e inquieto como un felino que llamaba "tata" a Lola Flores.

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El 'Manifiesto de lo borde', firmado por Smash en los sesenta, animó el trabajo

Canijo: "Que se proteja el flamenco es buen motivo para emborracharse"

Los tres se han juntado para grabar Los hombres de las praderas y sus bordones calientes, un disco festivo repleto de versiones propias (Uno más, Camino del Hoyo o El aire de la calle) y ajenas (Bob Dylan, Silvio, Kiko Veneno o Violent Femmes) grabado en Jerez durante un mes y un día. Suena a condena, pero fue una fiesta. "Teníamos ganas de hacer un disco callejero, como al principio; algunas son canciones que siempre cantamos de borrachera", confiesa Pozo en Madrid, una escala en la gira que finaliza el 7 de diciembre en San Javier (Murcia). "Nosotros, como Rosendo, comemos del directo", asegura Tomasito. Sin medio tono de queja, cuenta Pozo: "Todo el mundo tiene nuestros discos y nadie los ha comprado". Y con el aire de quien lo ha contado miles de veces añade Canijo: "Nos traen discos pirata para que se los firmemos".

El nuevo trabajo candidato a multiplicarse hasta el infinito sin pasar por caja arranca con Manifiesto de lo borde, un instrumental compuesto por el guitarrista que se inspira en un documento de Smash, aquel grupo que tuvo el mérito de encarnar lo underground viviendo en la Sevilla franquista de los sesenta (lo fácil era hacerlo en Londres). Junto a sus discos legaron un gran manifiesto con su alternativa visión existencial, que Tomasito y Los Delinqüentes han adoptado como credo propio.

Entre los malos de su mundo, "hombres de las montañas", citaban a Hitler y Manson. Entre los buenos, "hombres de las praderas", figuran Dylan, Hendrix, Jagger. Sus herederos espirituales agregan Capullo de Jerez y Remedios Amaya, que cantan por tangos El abuelo Frederick y El aire de la calle. Y ahora que la Unesco ha declarado que el flamenco es Patrimonio de la Humanidad, ¿qué? "Es un buen motivo para emborracharse", dice Canijo. "La Paquera de Jerez, Terremoto... Los antiguos dirían; 'Sáqueme tres botellas de JB", asiente Tomasito.

Las barras han inspirado grandes alianzas. En La Bodega de Jerez, los delinqüentes beben amontillado y exploran arranques musicales que pueden ser todo y no ser nada. Ahora han dado un paso más abriendo su propio bar de conciertos, Tío Zappa, en honor de Frank Zappa y Tío Gregorio El Borrico. "En vez de gastar el dinero en un coche, pensamos en montar algo que tuviera beneficio para los demás, aparte de para nosotros", expone Canijo.

-Entonces, ¿Zappa es Dios?

-No, Dios es Maradona-ataja Ratón.

Y se explaya: "Zappa es Stravinski pero en rock, lo mismo hacía música clásica que funky, es inclasificable y además un borde, que se metía con los Beach Boys, los Beatles y Dylan".

-¿Y quién es Dios?

No duda Canijo: "Veneno - EL PAIS, SPAIN


Discography

EL SENTIMIENTO GARRAPATERO QUE NOS TRAEN LAS FLORES
(2001)

ARQUITECTURA DEL AIRE EN LA CALLE
(2003)

EL VERDE REBELDE VUELVE
(2005)

RECUERDOS GARRAPATEROS DE LA FLAMA Y EL CARRIL
(2006)

BIENVENIDOS A LA EPOCA ICONOCLASTA
(2009)

LOS HOMBRES DE LAS PRADERAS Y SUS BORDONES CALIENTES
(2010)

Photos

Bio

LOS DELINQÜENTES, A SPANISH FLAMENCO-ROCK FRESH SENSATION

“Los Hombres de las Praderas y sus Bordones Calientes” (Prairie Men and Their Hot Guitar Strings) is Los Delinqüentes fifth album, and this time they are joined by Tomasito. One more step towards the perfect flamenco-rock fiesta.

Jerez de la Frontera in Andalucia, Spain, not only gave the world sherry but also Los Delinqüentes, a band inspired by the late 70's Spanish wave of hippy Andalusian-roots-rock, especially Veneno (whose song “Los Delincuentes” gave them their name) and Pata Negra. Los Delinqüentes took that unprejudiced, hippy spirit and mixed it with surrealist lyrics and a bit of punk attitude towards flamenco, in which anything goes: Rumba reggae? Flamenco with psychedelic rock? Why not? Marcos El Canijo and Diego El Ratón can do that and much more, as long as it sounds good and it's fun, and now they are joined by Tomás Moreno “Tomasito” for even more flamenconess.

Arriving five years, and hundreds of mutinous shows, later than their successful “El Verde Rebelde Vuelve”, in “Los Hombres de las Praderas y sus Bordones Calientes” Los Delinquentes and Tomasito undress their own songs as well as covers (such as a spanish flamenco version of Singin in the Rain) using Tangos, Bulerias and Rumbas... this time they are travelling light: guitars, cajón, palmas.

Come on, listen to Los Delinqüentes and you will soon be invaded by their “garrapatero” spirit. What does “garrapatero” mean? Errr... sorry, no translation, just listen to “Los Hombres de las Praderas y Sus Bordones Calientes” and you will feel it.