Los Hermanos McKenzie

Decía, durante el año pasado, sobre Los Hermanos McKenzie, una de las bandas pertenecientes a lo que hemos denominado La Indiegamia local, ese círculo musical incestuoso en el que todos se conocen, se quieren y se prestan integrantes:

Los Hermanos McKenzie se definen principalmente por su estética, ubicada en el límite que une lo naif con lo macabro y lo perturbador. La sensación que queda al leer Alicia en el país de las maravillas quizá sea la más cercana: desde las letras, desde el arte gráfico, desde su historia y su puesta en escena, los animales humanizados o los humanos animalizados son los protagonistas que deambulan envueltos en una música de circo de fenómenos.

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Todos comparten la pasión por los Beatles, pero las influencias son tan variadas (desde Pink Floyd hasta Fun People) que es complejo precisar su sonido, regido por los vientos -trompeta, saxo, clarinete, flauta- y la dulce e histriónica voz de Cecilia, que es también actriz y que en vivo se presta a los cuelgues y la improvisación.

Eso. En aquel momento, Pablo De Caro de Mataplantas les había producido su primer EP homónimo. Ahora, Juan Stewart y Nacho Czornogas, líder del proyecto y hermano menor de Cecilia, produjeron su álbum debut, Siamés, conformado por doce temas en los que esa esencia preliminar encuentra su cauce, definiéndose en un concepto mucho más tangible, pero aún etéreo y también fantástico. Valcecitos ("Dos bailarinas", "Y nada más"); beats sesentosos ("Tengo"); guitarras + Rhodes (por Stewart, en "Inútil"); algunos cuelgues teletransportadores (como el "aló, Hawai" de "Honolulú"); la vocación orquestada siempre presente (a los vientos, se le suman violines, mandolina, cello...).

Como era de esperar, hay mucha colaboración: Adrián Rivoira de Les Mentettes (Nacho y Marina Pérez -trompeta- participan en Les Mentettes Orchestra) agrega su voz en dos tracks; Luciano Esaín de Valle de Muñecas, Motorama y Acorazado Potemkin es responsable de los timbales de "Trepado a un árbol"; Manuel "Manuloop" Spina, director de mencionada orquesta, toca cello en otros tres.

Déjoles el primer tema, "Baile fantasmal", el link al disco entero y el video de "Vals granjero", corte del EP con dibujos de Roberta Di Paolo. - Rolling Stone

¿Qué más decir sobre que se está terminando el año? Por suerte el mundo sigue en pie y sobrevivimos a los festejos navideños pasados por agua, sin luz y con una térmica de (casi) cincuenta grados. Durante este año pasaron bastantes cosas importantes, que ya iremos mencionando en nuestro balance anual, pero mientras tanto en la redacción de Los Inrockuptibles elegimos los mejores diez videos de bandas nacionales. Acá van, sin ningún orden en particular, nuestros preferidos para ver a modo de resumen local antes del brindis. Chin chin. - Inrockuptibles

El grupo de Nacho y Cecilia Czornogas tenía guardadas algunas grabaciones inéditas, con pedazos de temas que quedaron afuera de Siamés (11), covers, canciones que suelen tocar en vivo y estrenos absolutos. Vale la pena escucharlas para descubrir el costado más experimental de una banda ya de por sí misteriosa, cuyo núcleo es una sección de vientos naive y tenebrosa en partes iguales. No hay rarezas más raras que estas. - Los Inrockuptibles

Cinco veinteañeros improvisan en un viaje al límite entre lo naif y lo perturbador

El apellido ficticio surgió deuna broma interna, fraternal: "Desmitifiquemos la relación con el Father McKenzie de «Eleonor Rigby»", ordena Cecilia, cantante y cara –diáfana, bonita– de la banda, mientras su hermano menor, Nacho, intenta explicar el origen del chiste, pero no puede. El es el gestor del proyecto. Al principio, cuando eran sólo dos y hacían standards de jazz y luego covers "muy desvirtuados" de PJ Harvey, Neil Young o Beck, tocaba la guitarra; hasta que se compró un saxo y decidió encabezar lo que hoy es la sección de vientos. Los Hermanos McKenzie se completan con Marina, Juampi y Matías, una formación de cinco veinteañeros a los que las cosas de la vida, las conexiones, los fueron ubicando dentro de un círculo curiosamente endogámico que define la escena indie actual: Pablo De Caro de Mataplantas este año les produjo su primer EP, homónimo, en el que también se sumó Germán Cohen de Onda Vaga en trombón y, desde el año pasado, Nacho y Marina participan en Les Mentettes Orchestra. El corte, el circense "Vals granjero", y su video (stop-motion con dibujos de Roberta Di Paolo) refuerzan la idea: "Eso que se ve y se escucha ahí es el espíritu que nos nuclea: el de hacer las cosas desde un punto sincero e inocente".

INFLUENCIAS "Está bueno que seamos difíciles de catalogar, porque las etiquetas nunca ayudan", dice Cecilia, que defiende la mixtura. Todos comparten la pasión por los Beatles, pero las influencias son tan variadas (desde Pink Floyd hasta Fun People) que es complejo precisar el sonido de la banda, regido por los vientos –trompeta, saxo, clarinete, flauta– y la dulce e histriónica voz de Cecilia, que es actriz y que en vivo se presta a los cuelgues y la improvisación.

EN VIVO Un tipo con cabeza de conejo los presenta sin hablar cada vez que suben al escenario. Los Hermanos McKenzie son una banda que se define principalmente por su estética, ubicada en el límite que une lo naif con lo macabro y lo perturbador. La sensación que queda al leer Alicia en el país de las maravillas quizá sea la más cercana: desde las letras, desde el arte gráfico, desde su historia y su puesta en escena, los animales humanizados o los humanos animalizados son los protagonistas que deambulan envueltos en una música de circo de fenómenos. La imagen del conejo (también presente en los temas) penetró el inconsciente de los Hermanos desde que Nacho, a los 10 años, armó su propio emprendimiento: "Tenía dos conejos enanos que empezaron a tener hijos y salí a venderlos a diez pesos. Terminé teniendo una página web y trabajando como proveedor de la veterinaria del barrio". Como todo lo que los toca: tenebroso pero atrayente.

Por Yamila Trautman - Rolling Stone