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"Miguel Oldenburg, Nostalgia de rock y cambur pintón"

(By Oscar Medina).

Ya los primeros acordes del tema sugieren las imágenes: la oncena criolla, la cenicienta que ya encontró sus tacos y que ahora muestra el rostro limpio y altivo, la selección que ha puesto a soñar a este país con esa camiseta vinotinto fundida en tantos abrazos celebrando el gol; ese sonido de cuatro y percusión tan de por estas tierras y el solo de guitarra en esa suerte de himno que compendia el momento esperanzado del fútbol criollo.

Y resulta curioso imaginarse la sesión de grabaciones de este tema –que se llama, por supuesto, Vinotinto- y de Memorias de bravo pueblo, este disco de cuatros y maracas sobre bases de pop rockero materializado en un rincón de esa Nueva York agitada y multicultural, tan lejos de casa.

Miguel Oldenburg hizo maletas un buen día hace ya más de diez años: su extraordinaria habilidad en el manejo de la animación y el diseño para televisión lo llevó a Manhattan. Era una oportunidad que no podía dejar pasar. Hoy es Broadcast Designer de Creative Group, una importante empresa de post-producción de cine y video y sus trabajos se han visto en importantes espacios como el Super Bowl (aquí, por cierto, con dos nominaciones a los premios Emmy) y This Week in Baseball y en buena parte de las promociones de los canales ESPN, ABC, NBC, CBS y HBO.

Y con el morral también se llevó su guitarra, su pasión rocanrolera y la indeleble influencia que dejan los sonidos criollos a quien sabe apreciar sus mejores momentos. “Desde pequeño mi hogar era un bombardeo constante que se debatía entre los sonidos de Ritchie Blackmore de Deep Purple o Pink Floyd de los discos que sonaba mi hermano Rafael, y las bandolas de Anselmo López, las canciones de Simón Díaz y las declamaciones de Víctor Morillo que alternaba mi hermano Gabriel. Crecí en ese arroz con mango”.

Precisamente esa mezcla de disímiles elementos es la que se amasa en Memorias de bravo pueblo, el compacto independiente en el que sin pretender inventar nada, sin poses complicadas y con una sencillez en las composiciones y arreglos que sólo puede resultar del cuidado laborioso de un músico que se respeta a sí mismo, Miguel vuelca su apasionada faceta de músico que mira desde lejos a su país más abajo del mapa y más abajo de tantas cosas.

Y no es la suya una carrera corta. Oldenburg lleva un buen tiempo dándole a las cuerdas, desde que rasgaba merengues y valses venezolanos en un cuatro, pasando por la primera guitarra acústica a los 15 años en tiempos en que hablar de una eléctrica a los padres era tabú: “Como la necesidad es la madre de las inventivas terminé tocando en una bandita de rock conectándola a uno de esos equipos tres en uno y colocando un casette en rec y pause y dándole full a la perilla del input para lograr distorsión. ¡Tenía que tocar todas las canciones con las tres últimas cuerdas para que sonara heavy!”.

De aquellos primeros años reinventando a U2 con el cuatro o tocando con alguna guitarra eléctrica prestada por un amigo poco habilidoso, Miguel pasó la ligas mayores al entrar en 1996 a la formación de la banda King Changó, una experiencia que le llevó a compartir escenario dentro y fuera de Venezuela con nombres como Héroes del Silencio, Los Fabulosos Cadillacs, Café Tacuba, Desorden Público, The Skatalites, Paralamas, Maldita Vecindad y con Maná en el Palacio de los Deportes de Ciudad de México; y le llevó a eventos como MTV Rock The Vote y la gala 53rd Presidential Inaugural Ball, el evento que celebró la reelección de Bill Clinton a la presidencia de Estados Unidos.

El disco en solitario era, sin duda, un paso lógico: “Luego de mi separación de King Changó decidí que musicalmente era el momento de trabajar algo más personal. Mientras tocaba con algunas bandas locales en Nueva York haciendo un poco de rock y fusión me dediqué a escribir y conceptuar ese ‘algo’ que me representara desde el punto de vista musical. Y la evolución de ese concepto se tradujo en canciones, armonías y progresiones que saltaban de lo venezolano al pop y viceversa. Esa díada entre lo criollo y el rock surge de aceptar los géneros que habían quedado en mi forma de expresar y sentir la música”.

A esas canciones las une un evidente sentimiento de nostalgia, esa apreciación de quien ve lo suyo desde lejos y alimenta el orgullo patrio aunque la nieve caiga allá afuera y las arepas sean esquivas: “La nostalgia que siento ha sido fundamental no sólo en lo musical sino en lo ideológico, como herramienta para reiterar mi identidad, la cual es fácil de distraer en una ciudad como Nueva York donde desayunas oatmeal irlandés, almuerzas comida afgana y cenas tailandés...” Pero hay algo más en ese trabajo que equilibra sin excesos los esquemas del rock pop más tradicional con el cuatro, las guaruras, la percusión venezolana, el tambor cumaco y los bongós y donde la guitarra eléctrica tararea los cantos de pilón o en un solo sugiere un alma llanera: “Quería que Memorias de bravo pueblo fuese una experiencia abund - Sala de Espera Magazine


Discography

Memorias de bravo pueblo

Featuring the single "Catira"

The song "Vinotinto" was selected as part of the soundtrack for the Venezuelan patch for the EA game FIFA 2004, as well as a jingle theme for several soccer TV and radio shows in Venezuela.

Photos

Feeling a bit camera shy

Bio

Oldenburg takes a new approach on the Alternative genre by adding a Venezuelan twist to the sounds of rock & roll. Native from the city of Caracas, Oldenburg incorporates aboriginal instruments and rhythms from Latin America into his pop-rock influenced songs.

His "Venezuelan Roots Rock" is a well balanced mix of overdriven electric guitars with the sounds of native instruments like the four stringed guitar called "Cuatro", or the sea shell horns named "Guaruras". Oldenburg lyrics reflect the reality of immigration and social issues within an unique framework of his trademark nature related metaphors and conservationist themes.

New York based, Oldenburg started as a band in 2003 and shaped its signature sound in hands of former King Chango (Luaka Bop, Warner) guitar player Miguel Oldenburg and drummer Luis “el pulpo” Ruiz, guitar extraordinaire Inti Maldonado and bassist Andres Jimenez. Currently promoting their independent released album “Memorias de bravo pueblo”, a series of heartfelt compositions that include the montuno driven single “Catira” and the song “Vinotinto”, selected as part of the soundtrack for the Venezuelan patch of the FIFA 2004 video game.

Oldenburg was named “Best Band East Coast 2004” by the Latin Alternative Magazine BOOM! And recently selected as the flag band for a series of micro documentaries about the Latin Rock movement in New York produced by HBO Plus.

“This is beautiful work… a huge emerging talent…a terrific melodic pop style, colored by traditional instruments, giving the music a "rootsy" flavor at times”. Taxi A&R