Orquestra Àrab de Barcelona
Gig Seeker Pro

Orquestra Àrab de Barcelona

Band World

Calendar

This band has not uploaded any videos
This band has not uploaded any videos

Music

Press


"MIQUEL CUENCA"

Será el próximo cuatro de septiembre cuando empiece su andadura este pro- yecto singular. Aquel martes la sala Pau Casals del Auditori, la flamante sala sin- fónica, abrirá las puertas a su nuevo in- quilino, la Orquestra Àrab de Barcelo- na, una formación que de este modo completará una trayectoria vertiginosa desde su creación hace tan sólo un par de años. Con estos pocos meses y un úni- co disco en su haber la OAB verá como sus siglas ya se codean con las de la OBC, la Orquestra Simfònica de Barcelo- na i Nacional de Catalunya. Para enton- ces Mohamed Soulimane, el líder y fun- dador de la OAB, ya se habrá acostum- brado a cruzarse a menudo con Eiji Oue, su homólogo de la sinfónica, en los pasadizos del coliseo barcelonés.
¿Quién podía pronosticarle a este músi- co de Chaouen que llegó hace menos de una década a Catalunya para instalarse aquí con su violín que acabaría ocupan- do un cargo de postín en la sala de con- ciertos de mayor prestigio de su tierra de acogida? Los caminos de Alá son ines- crutables. Y el que ha recorrido Souli- mane no ha sido el más fácil. Pese a que en su ciudad natal había acumulado di- versos premios en la modalidad de vio- lín y que había adquirido una cierta no- toriedad en la escena musical tradicio- nal de Tetuán y Rabat, Mohamed Souli- mane ha tenido que labrarse una nueva carrera en tierras catalanas transitando por grupos y artistas de calidad y estilos tan dispares como el cantante de raï afin- cado en Sant Boi de Llobregat Chab Sa- mir, los flamencos De Cajón, el vocalista de Marrakech Abdeljalil Kodssi, el gru- po de fusión de música electrónica y oriental 08001, la intérprete de música sefardí Rosa Zaragoza, el fallido conjun- to de música oriental Prana y su sucesor Kulchi Atei, un grupo dedicado a la mú- sica vibracional como Shirai o un ani- mador infantil como Lluís Pinyot. Una biografía que no deja de ser la traduc-

ción en términos musicales de las de tan- tos otros inmigrantes magrebíes. Y Soulimane no puede abjurar de ningu- no de sus episodios pues a fin de cuentas es esta versatilidad de su trayectoria ar- tística la que ha hecho posible un pro- yecto como la OAB y lo que en buena me- dida explica su éxito.
La Orquestra Àrab de Barcelona se convertirá a partir de septiembre en el grupo residente de la programación de músicas modernas del mismo modo que el Quartet Casals lo es de la de música de cámara o la propia OBC de la sinfónica. Rastreando los diferentes auditorios de la vieja Europa uno no se encuentra con ninguna iniciativa parangoneable. Si acaso alguna orquesta de latin jazz o afro jazz pero que en todo caso es escogi- da para la programación jazzística. Pa- ra entender las razones que llevaron a Joan Oller, gerente del Auditori, a conce-

El repertorio de la OAB se basa en la música popular de Marruecos

bir esta apuesta tan bellamente dispara- tada y a Josep Maria Dutrèn, hasta hace poco director del departamento de músi- cas modernas, a hacerla realidad, basta fijarse en la relación de músicos que in- tegran la OAB. Porque sólo con compro- bar los nombres –y la procedencia que estos delatan– de los siete miembros es- tables de la orquesta árabo-barcelonesa, uno se percata ya de cuál es la naturale- za del proyecto OAB. Y es que a parte del Chaouen del citado Soulimane las ciuda- des de origen de los músicos de la or- questa son Tánger, Barcelona, Grano- llers y Salónica. El espacio geográfico que delimitan estas cuatro urbes coinci- de con el ámbito musical en el que se mueve la OAB. Y cada músico aporta su propia frontera: desde la música andalu- sí hasta la otomana pasando por el jazz o el flamenco. El repertorio de la OAB se
basa en la música popular de Marrue- cos, una plétora de estilos que se reúne bajo la misma etiqueta de chaabi, que li- teralmente significa popular. Y este cha- abi es curiosamente el lugar común don- de pueden coincidir siete músicos de procedencia artística y geográfica tan di- versa. Porque si por algo se caracteriza el chaabi es por tener un pie en lo popu- lar y otro en lo culto, por moverse entre lo tradicional y lo moderno, por conci- liar lo magrebí con lo occidental. Así Mo- hamed Soulimane y el inefable cantante del grupo, Mohammad Bout Ayoub, am- bos firmantes de la mayor parte de arre- glos y composiciones que integran el re- pertorio de la OAB, pueden servirse con toda naturalidad de las diferentes apor- taciones de cada músico, porque el pro- pio chaabi lo permite y lo fomenta. Melo- días de Catalunya y de Marruecos, can- ciones libanesas y sefardíes, ritmos egip- cios y flamencos, todo cabe en la amplia, mediterránea perspectiva de la OAB. Éstas son las credenciales estricta- mente musicales que han llevado a la or- questa hasta su residencia en el Audi- tori, una residencia que está prevista pa- ra tres años prorrogables y que a parte de conciertos frecuentes contempla cola- boraciones con otros artistas y formacio- nes residen - La vanguardia


"MIQUEL JURADO"

Los placeres musicales de la convivencia
La Orquestra Àrab de Barcelona convence en su presentación oficial en el Auditori
MIQUEL JURADO 10/02/2007
No sucede a menudo pero, en algunas ocasiones, el alcance de determinados proyectos musicales puede superar al de su contenido estrictamente musical. El pasado
jueves se presentaba oficialmente en el Auditori barcelonés la Orquestra Àrab de Barcelona. Una iniciativa interesante que, sin plantear aparentes novedades (los
puentes y las colaboraciones interculturales están a la orden del día), puede (debería) sentar entre nosotros algunas bases de armonía, entendimiento y placeres
lúdicos compartidos.
Un comentario cazado al vuelo durante el concierto: "Le voy a llevar el disco a mi madre y seguro que le empiezan a caer bien los moros". Seguro, y si la mencionada
señora hubiera estado allí escuchando cómo sonaba L'emigrant entonada sobre un ritmo magrebí, probablemente hasta le hubiera brotado alguna lágrima. El
sentimiento de las palabras de mosén Cinto cobra una dimensión catedralicia en la voz de Ayoub Bout, cantante de la Orquestra Àrab de Barcelona y emigrante tan
forzoso como el que cantara Verdaguer hace más de 100 años.
Citar ampliamente L'emigrant podría ser simplemente un guiño a la audiencia o una señal de gratitud, pero la cosa no se quedó ahí. La Orquestra Àrab de Barcelona
basa su propuesta en las diferentes caras de la música clásica norteafricana debidamente puestas al día y abriéndose tanto a otros ritmos mediterráneos como al
flamenco o a la música cubana. Es una amalgama que en sus manos suena completamente natural, un cóctel (sin alcohol) vitamínico y reconfortante.
La irrupción en el escenario del volcánico pianista cubano Omar Sosa, por ejemplo, puso patas arriba la abarrotada sala Tete Montoliu del Auditori: tanto daba de dónde
procediera la música, todo el público estaba en pie como movido por algún tipo de magia blanca. La mezcla cultural estaba tanto en el escenario (un par de músicos
catalanes, un griego y cuatro árabes conforman el núcleo base del grupo) como entre el público (las entradas se habían vendido tanto en las taquillas del recinto
institucional como en las carnicerías árabes del Raval), y las manos se tocaban de forma espontánea, irradiando felicidad.
Además, la Orquestra Àrab de Barcelona no se conforma con meter en su propia coctelera diferentes elementos rítmicos y toma partido ya desde el primer momento
con temas que no sólo hablan de la emigración, sino también de la violencia sexista o condenan abiertamente los atentados terroristas.
El jueves la banda sonó potente, tocó con alegría bajo el control estricto del violinista Mohamed Soulimane, y la voz de Ayoub Bout se expandió convincente e invitando
constantemente al movimiento. Añadamos una solvente y maleable cantaora, un colorista grupo de percusionistas gnawa de Marruecos y una puesta en escena
discreta, sin florituras innecesarias, y tendremos todos los elementos que convirtieron la presentación del grupo en un acontecimiento.
© Diario EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200
© Prisacom S.A. - Ribera del Sena, S/N - Edificio APOT - Madrid [España] - Tel. 91 353 7900
España - El pais


"MARTA CERVERA"

4/9/2007 MÚSICA | ACTUACIÓN
La Orquestra Àrab debuta como residente del Auditori
• La formación cuenta con Omar Sosa, Lucrecia y Miquel Gil como invitados
MARTA CERVERA
BARCELONA
La Orquestra Àrab de Barcelona es la primera formación en Europa
que ejerce de residente en un auditorio con una propuesta ajena a la
música clásica. Y esta noche, a las 10, se estrena como tal, arropada
por el pianista Omar Sosa y los cantantes Miquel Gil y Lucrecia. El
alma de la orquesta, Mohamed Soulimane, vive esta actuación como
"un sueño hecho realidad". Él es el aglutinador de una orquesta
formada por cuatro paisanos de Marruecos, dos catalanes y un griego.
El grupo ya tiene un primer disco en el mercado, Báraka, en el que también han participado los invitados
de esta noche, menos Lucrecia. "Creo que Dios está de nuestro lado porque bandas buenas hay muchas,
pero que consigan una proyección tan rápida como la nuestra, no tantas", admite Soulimane en perfecto
catalán, tras 13 años residiendo en Barcelona.
"Nuestra música es una herramienta importante para explicar nuestra cultura en un momento delicado
políticamente donde al islam se le identifica con terrorismo, violencia y radicalidad. Para nosotros es justo
lo contrario y eso es lo que intentamos transmitir con nuestros ritmos, letras y música", aclara.
En solo tres años, el grupo ha logrado pasar de la nada a producir un disco y ganarse el respeto de las
instituciones en Catalunya. "Somos mucho más que un grupo de música", dice parafraseando el lema del
Barça. "Tenemos la responsabilidad de explicar cómo somos porque los emigrantes árabes que hay en la
calle no tienen un micrófono. Nuestro trabajo va más allá de la música, es social, político, artístico y
didáctico". Sus canciones son todas en árabe a excepción de una, L'emigrant, del poema de Jacint
Verdaguer. Soulimane descubrió Barcelona cuando estudiaba ingeniería electrónica. En Marruecos estudió
violín clásico y oriental, armonía y teoría de la música árabe y andalusí.
- El periodico


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


"Jordi Marti"

ORQUESTRA ÀRAB DE BCN / JORDI MARTÍ.
La dama d'Aragó, La dama de Beirut i La dama de Xauen. L'Orquestra Àrab de
Barcelona interpreta aquestes tres cançons (les dues primeres tradicionals, la
tercera composició pròpia) cosides una darrere l'altra. El resultat és una suite
mediterrània, variada i homogènia, el millor exemple de l'esperit que anima un grup
amb un poder de convocatòria creixent.
Marroquins, catalans i un grec formen un conjunt que travessa un moment dolç.
Fins al 2010 serà grup resident de L'Auditori de Barcelona, un espai que ha vist
l'evolució recent d'aquest projecte. Fa cosa de mig any l'Orquestra Àrab va
presentar el seu primer disc, Báraka, a la sala petita, amb una actuació càlida i
emocionant. I dimecres passat va tornar, aquest cop a la luxosa sala gran (plena), amb uns quants convidats.
El present magnífic d'aquesta formació no deu ser casualitat: Mohamed Soulimane, Mohammad Bout Ayoub i
companyia recullen ara el fruit d'anys de feina. No es cansen de mantenir a cada concert un discurs coherent,
engrescador i constructiu sobre la immigració. Musicalment, sedueixen noves oïdes perquè no practiquen
mestissatges artificials ni són un producte de moda calculat. Al contrari, toquen i sintonitzen amb músics que
coneixen de fa temps. Dos d'ells estaven dimecres a l'escenari: el pianista cubà Omar Sosa i el cantant valencià
Miquel Gil. L'elèctric Sosa integra amb naturalitat els llenguatges caribenys i nord-africans, mentre que el de
Catarroja ja està més que acostumat a col·laborar amb músics de tot el Mediterrani. Gil explica en el seu bloc com
als anys vuitanta, quan tocava amb Al Tall, va fer concerts amb el grup marroquí Muluk el Hwa als barris àrabs de
Marsella. Les actuacions eren tot un èxit, i creu que això és el que comença a passar ara i aquí amb l'Orquestra
Àrab.
A diferència d'Omar Sosa i Miquel Gil, el gran Omar Faruk col·laborava per primer cop amb l'Orquestra Àrab. Tant
de bo es repeteixi aviat, perquè el cantant i multiinstrumentista turc és un tros d'artista únic. Va saludar, es va
asseure i es va marcar un llarg psalm d'inspiració sufí que tallava la respiració. La participació de Lucrecia, en
canvi, va grinyolar més. La cantant de boleros i companya televisiva dels Lunnis, entre altres coses, va aportar una
peça del seu repertori, Mira pál cielo. Tot i que la van arranjar per a l'ocasió amb rítmica gnawa, l'invent va
semblar una mica fora de context.
Com en l'anterior actuació a L'Auditori, Omar Sosa i els percussionistes Gnawas d'Almedina van ser els encarregats
de forçar la màquina i escalfar el públic en el tram final. Aquest va ser un concert per constatar que l'Orquestra
Àrab de Barcelona es va fent gran.
- El punt


Discography

Báraka, 2006. produced by VESC, edited by Temps Record, distributed by Harmonia Mundi.

Photos

Bio

Catalonia has been since far-off times a meeting point between people from many origins and cultures. At the end of the 20th century Mediterranean winds joined seven musicians who set up the Orquestra Àrab de Barcelona.

The band was born with the aim to promote an open musical set of ideas coming out as much from the repertoire of traditional themes of the Mediterranean countries like of original compositions and experiences based on the improvisation.

The Orquestra Àrab de Barcelona plays Arabian singing and music. A concert that mixes different musical styles with which are been in contact the musicians of this band: Eastern classic music, spiritual songs, gnaoua, andalusí, chaâbí and Arabian traditional, coming from the Arabian territories and the North of Africa.