TRÍO NUEVA COLOMBIA
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TRÍO NUEVA COLOMBIA

Bogotá, Bogota D.C., Colombia

Bogotá, Bogota D.C., Colombia
Band Folk Jazz

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Music

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"La Nueva música colombiana"

La música colombiana tradicional de un tiempo para acá, debido a la globalización y al sin número de tendencias musicales extranjeras que llegan a nuestro país, ha perdido importancia para el público joven.

Por esto nace la necesidad de recuperar y renovar la música tradicional. Respondiendo a esa necesidad, aparecen grupos como Guafa trío, Curupira, Sincopando, Puerto candelaria, el trío Nueva Colombia y Ensamble sinsonte que revolucionan los parámetros establecidos fusionando con ritmos urbanos, formatos no convencionales , y por supuesto apoyándose en la música académica. Es importante señalar el trabajo de Ensamble sinsonte, especializado en la música de los llanos colombo venezolanos y el cual incluye dentro de su formato un oboe, estableciendo de esta forma una relación más directa con la música clásica en general, ademas impone una pauta en lo que a aires de renovación se refiere. Por eso los invito a que escuchen estos grupos , ya que es música muy bien elaborada y seria que lamentablemente por falta de conocimiento del publico comenzará a decaer y con ella nuestra identidad como país. - El hablador


"Los 10 que son más de 20"

Los diez que son más de veinte
Me encontré una lista elaborada por Juan Carlos Garay donde están los 10 mejores discos del 2007. Muy acertada. Priman las producciones independientes y no hay asomo de disqueras pagando para que sus artistas salgan favorecidos. Esto dice mucho. En un país atestado de grabaciones fáciles y emisoras que no se la juegan por artistas honorables, es muy significativo que los diez del año no pertenezcan al circuito comercial.
No obstante, y esto es también de suma importancia, no son solo diez. Hay más producciones que por razones de espacio no salieron. Aquí van:

1. Trío Nueva Colombia/"El arte de la memoria"/Independiente
2. Tres Gatos/"K-minos"/Independiente
3. Gina Savino & Kike Mendoza/"Un lugar"/Independiente
4. Trío La Red/"La Red"/Independiente
5. Primero Mi Tía/"Pingueria"/La Distritofónica
6. Sueños Sonoros/"Suramericana de sueños sonoros"/Independiente
7. Sonora 8/"Zoo-nando"/Independiente
8. Koyi K Utho/Viologic/EMI
9. Meridian Brothers/El advenimiento del castillo mujer"/La Distritofónica
10. La Comparasa de los Músicos/"Jipiyam y Raspacanillas"/La Distritofónica
11. Son de Ovejas/"Son de ovejas"/MTM
12. Ricardo Gallo/"Urdimbres y marañas"/La Distritofónica
13. Varios Artistas/"Neotrópico"/MTM
14. La República/"Neo- tropical"/Merlín Studios
15. Plan C/"Volar"/ISSI REcords
16. Urbambú/"Urbambú"/Independiente
17. Sinto/"Me lo palankeo"/Señora Sol Producciones
18. Bomba Estéreo/"Vol. 1"/Polen
19. Choquibtown/"Somos pacífico"/Polen (Reedición)
20. Verde 3/"Radio Verde3"/Independiente
21. La Banda/"El Barrio"/Independiente
22. Sexteto Latino Moderno/"Al acecho"/Independiente
23. Música Ficta/"del mar del alma"/Independiente
24. Edson Velandia & Jardín Infantil La Ronda/"Sócrates"/Cinechichera Producciones


Y eso que no sé que sucede en los Llanos donde se producen alrededor de 30 discos al año. Lo mismo con la música guasca, algo en el pacífico y, obviamente, el rock que este año no pisó duro.
Además, por fuera de nuestras fronteras se editaron algunos discos entre ellos dos de Juan Pablo Balcázar, uno de Héctor Martignón y otro de The Little, proyecto del contrabajista Santiago Botero.

A propósito, esta es la lista de Garay:

1. La 33/"Gózalo"/Independiente
2. Alfonso Córdoba "El Brujo"/Música del viejo Chocó/Guana Records
3. Septófono/"Encarrilados"/Independiente
4. Velandia y la Tigra/"Once rasqas"/Cinechichera Producciones
5. Odio a Botero/"Kill the cuentero/Surfonic
6. La Revuelta/"Agua"/La Distritofónica
7. Ensamble Sinsonte/Reversiones/Guana Records
8. Retrovisor/Amazonas S.O.S/Independiente
9. Carolina Muños y E2/"Vida"/Independiente
10. Hora Local/"Soluciones para todo menos para los problemas"/MTM - Músicas Revueltas


"Un año colombianísimo"

.....El Trío Nueva Colombia, que dirige el pianista Germán Darío Pérez, quien además es uno de los principales compositores contemporáneos de música andina, lanzó el álbum doble El arte de la memoria, una notable combinación de aires colombianos (casi todos escritos por Pérez), con sutiles toques de jazz en las armonías.

Por su parte, la Orquesta Filarmónica de Bogotá lanzó 40 años, un álbum de cuatro CD que recogen grabaciones orquestales de música colombiana.

Y por los lados del rock, el Kill the cuentero, de Odio a Botero, es una pequeña joya de lucidez, humor y crítica inteligente, en la que se nota la mano de Iván Benavides en la producción.

Tantas cosas que se quedan por fuera de esta rápida mirada... Meridian Brothers, Velandia y La Tigra, Tumba Catre, los grupos de salsa de Bogotá... Un año reconfortante este 2007, en el cual se hizo más que evidente que, por fortuna, Colombia es muchísimo más que Juanes y tropipop. - Soho


"Los 15 de estos 15"

Los 15 de estos 15
Los siguientes son algunos de los discos más importantes para la música colombiana en los últimos tres lustros:
La candela viva - Totó la Momposina (Real World - MTM, 1993)
La tierra del olvido - Carlos Vives y La Provincia (Sonolux, 1995)
Travesía - Antonio Arnedo (MTM, 1995)
Bloque de búsqueda - Bloque (Gaira, 1996)
La pipa de la paz - Aterciopelados (BMG, 1996)
Herencia africana - Yuri Buenaventura (Universal, 1996)
Colombie: Le Vallenato - Varios artistas en grabaciones de campo (Ocora - Radio Francia, 1996)
Historia de la música en Santafé y Bogotá: 1538 - 1938 (Libro CD) - Egberto Bermúdez y varios artistas (Fundación de Música, 2000)
Trío Nueva Colombia - Trío Nueva Colombia (edición propia, 2000)
Pa'lante Pa'trá - Curupira (edición propia, 2000)
Fíjate bien - Juanes (Universal, 2000)
Cabas - Cabas (EMI, 2001)
Laundry Service / Servicio de lavandería - Shakira (Sony, 2001)
Cantaoras - Alé Kumá (edición propia, 2002)
Un fuego de sangre pura - Gaiteros de San Jacinto (Instituto Smithsonian, 2006)
Por Jaime Andrés Monsalve, crítico musical.
- Cambio Colombia


"El oido que seremos"

“Escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura[2]”. Con esas palabras el legendario pianista Thelonius Monk afirmaba la estrechez de la mediación de la palabra escrita frente a la inconmensurabilidad de la escucha musical.

El controvertido maestro del be-bop tenía razón: hay ciertas músicas que, en efecto, nos sobrepasan siempre y nos obligan a oírlas con los ojos del alma. Músicas que desbordan nuestra capacidad de hallarles un nicho en el lenguaje que permita explicarlas, músicas que nos dejan a merced del asombro, en la soledad del enfrentamiento cara a cara con la verdad del artista y su sonido. Porque toda gran obra nos deja fatalmente desnudos frente a nosotros mismos. Lo fascinante es que cuando aflora el sentimiento, el recuerdo, la sensación, la idea, el pensamiento o cuando la obra queda revoloteando como una mariposa en nuestro interior, esos sonidos y esas imágenes pasan a convertirse en materia prima de nuestra propia existencia, entran a formar parte de nuestra savia y nuestra historia.

El encuentro con las músicas, como con las personas, casi siempre es fortuito. Quizás se trate, como cree un amigo mío, de que uno no escoge las músicas que oye o interpreta, sino que es escogido por ellas. Puedo suponer que si el lector está ante este texto en este momento, por alguna razón ha tenido la suerte de haber sido escogido por la música del Trío Nueva Colombia. No exagero. La gran música se distingue precisamente por su capacidad de convocar y propiciar la abundancia de sensaciones y vivencias, pero sobre todo, por lograr que además del goce de su estructura, su capacidad emotiva o su riqueza temática o tímbrica, sea capaz de afectarnos, sepa quedarse inscrita en nuestros cuerpos.


Es sabido que el asombro en la música puede surgir de la novedad, la coherencia formal, la fuerza interpretativa, la convicción estética, el despliegue de talento y calidad musical o por el fuego del virtuosismo. Quienes han escuchado el Trío Nueva Colombia saben que las cualidades citadas, sumadas a la sensación de placidez, naturalidad, fluidez, claridad conceptual, sobriedad emotiva y, por sobre todo, la elegancia de su discurso musical, no se pueden describir sino empleando la expresión que los flamencos llaman duende y nosotros reconocemos como magia. En efecto, cuando la música de Germán Darío Pérez[3] es interpretada por el Trío Nueva Colombia somos testigos del milagro: pasado y porvenir, lo campesino y lo urbano, lo nuestro y lo universal, se juntan de un modo inquietante, creando algo que sólo puede nombrarse con una palabra de noble prestigio: belleza.

La obra de GDP surge en el ambiente de la música para piano en un momento muy difícil de su historia. La ausencia de Oriol Rangel, que marcara de forma indeleble la historia de la música andina colombiana cuando todavía era considerada la música nacional, había dejado la misma sensación que comportó la partida de Pelé de la selección brasileña de fútbol: orfandad, desconcierto y una importante estela de imitadores.



Después de la descomunal energía vital invertida por el maestro pamplonés en hacer antologías musicales de Colombia, interpretar en vivo durante más de 25 años composiciones de músicos que le hacían llegar sus trabajos para que los tocara en sus legendarios programas de Radio Santafé y Nueva Granada, de crear una obra para piano de considerable calidad y, sobre todo, después de defender a capa y espada, casi hasta el paroxismo, su idea del carácter sagrado de la música nacional, su partida dejó un vacío enorme.

¿Desea escuchar un poco, el maravilloso mundo de la radio de antaño? Conéctese a este link:
http://www.radiosantafe.com/quienes-somos/historia-programas/

Pese a su formidable trabajo como difusor de una forma de hacer música andina de la que Oriol, sin duda, es la referencia central, el organista antioqueño, compañero y discípulo de Rangel, Jaime Llano Gonzales logró que en la memoria del país estuviera siempre presente, con nostalgia, la sonoridad de Oriol, indisolublemente ligada a los martillos, los fieltros y el mecanismo del piano. Sólo el trabajo de dos pianistas, ambas mujeres, se encargó de darle vida, en parte, a esa herencia musical con sendas carreras centradas en la interpretación de la música colombiana. Ruth Marulanda y Teresita Gómez, ambas por razones diversas unidas por el destino a la historia del maestro Rangel, han sido, y siguen siendo, referentes centrales como difusoras y recreadoras de ese legado[4].Otro artista clave fue Manuel J. Bernal, intérprete destacado y compositor inquieto, cuyas búsquedas expresivas en su momento incomprendidas pero sumamente influyentes, abrieron nuevas líneas de trabajo y remozaron la sonoridad de la música andina.


No obstante, puede decirse que hasta la llegada de GDP, la música andina colombiana compuesta desde el piano y para el piano, estaba prácticamente abandonada. Los pocos intentos que hubo, presos de los paradigmas impuestos por Rangel o de gratuitos modernismos de cuño academicista, no lograron dar el salto a una nueva era. En general se trató de esfuerzos aislados, de meros esbozos y borradores que estuvieron lejos de constituir un lenguaje nuevo que llegarA a ser la esperada obra de referencia para el siglo siguiente.

Iniciado en la música desde muy temprano en un nicho familiar donde Quelito, su mamá, cultivó entre juegos y mimos su amor entrañable por la música y sus dotes de artista, Germán fue dándose cuenta que aunque su mano siempre parecía pequeña ante las posibilidades técnicas del instrumento, su sonido despertaba interés en sus maestros y que su musicalidad le permitía apropiarse de las secretas sutilezas de la música, de aquellos pequeños detalles que diferencian a un artista de un mero ejecutante.

Marcado por referencias múltiples, como es lo obvio tratándose de un niño de clase media bogotana de final del siglo XX, Germán Darío, fue tomando lentamente conciencia de “la música colombiana” por la influencia de sus tíos y parientes que cantaban y tocaban bambucos, guabinas y pasillos en reuniones familiares, al tiempo que se solazaba, influenciado por sus hermanas mayores, con las sonoridad de los Bee Gees, la Electric Light Orquestra, Billy Joel y otros artistas internacionales del momento. Aún no había llegado a su vida el ingrediente que en adelante sería la fuente de sus mayores satisfacciones y su tormento: la necesidad de crear. Para ello se necesitó la confluencia de dos circunstancias.

La primera fue el encuentro una tarde cualquiera, con un disco del Nocturnal Colombiano, del Maestro Oriol Rangel, que Germán escucha primero con cierto desdén, y que luego, al volver sobre él y permitirse percibir sus colores, su aroma campesino y su elegancia, lo deja, sin saberlo, atado a la sonoridad de ese piano, a ese touche lleno de convicción, fuerza y ternura, a esa sencillez que refleja la grandeza[5].

La segunda circunstancia es que, mientras incorpora esa herencia mediante el trabajo crucial con la maestra Ruth Marulanda en la Academia Cristancho, un reto de su hermana – ¿a que no es capaz de componer?- le permite descubrir el manantial de creatividad que dormía en su interior. Y lo que comenzó siendo un juego, terminó siendo una vocación, una opción de vida y el comienzo de sus hábitos de artesano de lo sonoro: hacer esbozos, tantear con acordes, con figuras, con motivos. Luego volver sobre ellos, ampliarlos, recrearlos, dejarlos reposar, retomarnos, transformarlos…es decir, todo lo que implica el contacto permanente, fluido e incansable con la materia sonora.

El trabajo diario, paciente y solitario en el piano le fue devolviendo en recompensa unas obras que comenzaban a sonar poco a poco diferente. Encuentra que su trabajo, aunque lleno de referencias, tiene sus huellas digitales. La emoción de encontrar el embrión de su propio lenguaje, el aprovechamiento de su bagaje como pianista y su formación como músico académico, le permitió echar a volar esas pequeñas primeras piezas en diferentes concursos nacionales de composición, donde muchas de ellas fueron galardonadas.

Germán Darío parece coincidir con Duke Ellington en la convicción de que una sonoridad plena sólo se consigue con el trabajo continuo durante muchos años con la misma nómina de músicos. Germán, en general, no toca ni graba, salvo invitaciones especiales y esporádicas, con nadie distinto del tiplista Ricardo Pedraza y el contrabajista Mauricio Acosta. En esta época de músicos free lance, que van y vienen de un proyecto a otro, el Trío Nueva Colombia, representa de cierta manera, una forma de hacer música que apuesta por la maduración artística de sus integrantes en el proceso de construir, juntos, hombro a hombro, el proyecto musical que los convoca. El equilibrio tímbrico, la disposición de los acordes entre los tres instrumentos, la gama de colores que obtienen, la dinámica, la calidez de su interpretación, el ajuste, la afinación y la perfecta armonía del conjunto los ha convertido en paradigmáticos. Como un día lo fue para el jazz el trio de Bill Evans, Germán Darío ha hecho de su grupo y de su obra una referencia insoslayable para la creación musical actual.

Mi propio trabajo de investigación ha mostrado la trascendencia de esa afirmación. Más de cuarenta entrevistas a algunos de los más destacados compositores, instrumentistas e investigadores en los últimos veinte años, me permiten afirmar que GDP es un referente insustituible de la música colombiana de cualquier género. La razón es clara: en una época donde hay tanto tanteo gratuito, donde los músicos se acercan a las tradiciones como si se tratara de escoger ciertos rasgos ad hoc de un menú de elementos musicales, donde se pretende fusionar lo que no se conoce a fondo, donde muchos creen que un viaje turístico por una tradición basta para sonar “auténticos”, el trabajo del Trío Nueva Colombia, y en particular, la obra de GDP señala un programa de trabajo para las nuevas generaciones, ya que apuesta por una ética del trabajo musical que implica la necesidad de entender que ser músico es asumir una forma de vida y que pertenecer a una tradición es dialogar incesantemente desde el pasado, sin necesidad de fetichizarlo, con las necesidades, apuestas e intereses estéticos del presente.

Para los amantes de la música colombiana andina, la música de GDP es un reencuentro con la potencia de la tradición andina urbana contemporánea, para los melómanos de todos los géneros y todas las generaciones es la oportunidad de tener un disco que como el anterior, será un clásico de la música latinoamericana para piano, y para el país, la oportunidad de contar con una obra que le da cuerpo, mediante un trabajo artístico, a esa Colombia nueva que tarda tanto en hacerse realidad.

Por eso, este C.D se puede recomendar como bálsamo o como conjuro, como amuleto para enfrentarse a la soledad o a molinos de viento; puede prescribirse para convocar el amor o para aquellos momentos en que estemos enfrentados en soledad a las preguntas y las sombras que nos deja la cotidianidad. Libertaria, pasional, melancólica, esperanzada, triunfal, enigmática o simplemente inquietante, la música de Germán nos invita a la introspección y al encuentro con el otro.


Aunque es verdad que el lenguaje parece insuficiente para expresar el universo de la música, hay sonoridades que nos invitan a salirnos de nosotros mismos y nos obligan a ir a contar la experiencia. Eso explicaría las tertulias y conversaciones apasionadas que se dan alrededor del mundo tratando de explicar la magia de Glenn Gould en las Variaciones Goldberg (escúchelo aqui: http://video.google.com/videoplay?docid=-6984208089899995423), el sonido de las bandolas del grupo Cuatro Palos, la importancia de la guitarra en las músicas populares del mundo, el sonido etereo que produce la trompeta con sordina y sin vibrato de Miles Davis, la fuerza de la tradición en Billie Holiday o Toto la Momposina, la magia de un Intermezzo de Calvo, una canción tikuna, un alabao chocoano, una miniatura de Erik Satie o la sonoridad poética de un cuarteto de Bartók. Pareciera que una de las motivaciones de los humanos para hacer música y disfrutarla fuera el gusto que nos produce hablar de ella.

Como pasó en su momento con la música de Joao Gilberto, Paco de Lucía o Piazzolla, la música de GDP es una música que fascina a quien no conoce de música y encanta a quien la cultiva. Como las grandes apuestas estéticas de las mejores músicas populares del mundo, la música de Germán se deja escuchar con pertinencia en muchos niveles, permitiendo que tanto el especialista como el profano, por razones distintas, encuentren ocasión para el goce estético.

Finalmente, estoy por creer que quizás sea algo más que una casualidad el nombre que hace más de veinte años estos tres músicos decidieron darle al grupo: Trío Nueva Colombia.




Teniendo en cuenta que uno de los más caros anhelos de todos es que tengamos por fin un país para todos los colombianos, puede considerarse el arte del Trío Nueva Colombia como un arte que es de todos y para todos, porque tal vez como ninguna otra música del panorama actual, nos sirve de mediación con el universo sonoro de estos tiempos de lo local globalizado y del presente atemporal. Por intermediación de este trabajo podemos llegar por igual a Luis A. Calvo como a Michel Camilo o a Chopin, a Chick Corea como a Fulgencio García, a Ignacio Cervantes como al lirismo de Bill Evans (Escuche a Bill Evans aqui: www.youtube.com/watch?v=89B6OmBuG4A. )


La música de GDP es una zona franca donde pueden abrevar con tranquilidad tanto los amantes de la música clásica y el jazz o la música campesina latinoamericana, como quienes gozan con las mejores sonoridades del piano urbano contemporáneo. La Música del Trío Nueva Colombia quizás pueda ser considerada la banda sonora del relato nacional que tanta falta nos hace y metáfora de la llegada de un nuevo porvenir.

Pero como el gran discurso artístico que es, la música del Trío Nueva Colombia no se basa en clichés, no busca artificios patrioteros, no esta adosada de trucos para atraer y enganchar. Antes que nada, se trata de música francamente honesta, que se logra parecer a lo que somos: mestizos, orgullosamente hechos de la mezcla de muchas sangres, suertes e historias. La música de Germán toma distancia de lo real cotidiano para configurar estéticamente otra realidad, una realidad donde nos podemos ver a los ojos: ni europeos ni indígenas, ni campesinos ni cosmopolitas, ni desarrollados ni en la pre-modernidad.

En estos años de trabajo, habiendo conocido todos los matices que van desde el silbido insultante a la reverencia aduladora, estos tres músicos se siguen empeñando en encontrar una sonoridad que sea coherente con su propio sentir como artistas. Les aterra la pose y el amaneramiento de quienes buscan cambiar por cambiar o conservar por conservar. No tienen nada contra el pasado ni deudas con nadie, no tienen una apuesta sobre el futuro de la música en Colombia ni aceptan hacer concesiones de ningún tipo para ser tenidos en cuenta.

De hecho, en este momento no saben siquiera lo que pueda pasar mañana con su trabajo.




Mientras llega el futuro, Germán se sigue levantando a componer ante el piano con la urgencia de quien esta condenado a hacerse entender mejor mediado por el arte, y con la responsabilidad y la suerte de quien sabe arrancar sonidos capaces de sacudir el inconciente colectivo de un país sordo y ciego ante su propia grandeza. - Eliécer Arenas


Discography

TRÍO NUEVA COLOMBIA 2000

Traks

1.Ancestro (Bambuco) Germán Darío Pérez S

2. Ilusa (Danza) Germán Darío Pérez S

3. Revelación cósmica (Bambuco) Orlando Sandoval

4. Muchas lágrimas (Danza) Germán Darío Pérez S

5. Minimito (Bambuco) Germán Darío Pérez S

7. Intermedio Germán Darío Pérez S

8. Locuras (Bambuco) Germán Darío Pérez S

9. Garrapatica (Bambuco) Germán Darío Pérez S

10 Atardecer (Pasillo) Germán Darío Pérez S

11. Pa'Juancho (Bambuco) Germán Darío Pérez S

12. Un bambuco muy cortico para mi amiga que toca el clarinete (Bambuco) Germán Darío Pérez S

13. Allí no más (Bambuco) Germán Darío Pérez S

TRÍO NUEVA COLOMBIA 20 AÑOS, EL ARTE DE LA MEMORIA SE COMPONE DE 2 CDs

CD # 1

Traks

1. Seré papá (Pasillo) Germán Darío Pérez S

2. Pitituya (Bambuco) Germán Darío Pérez S

3. Aloe (Danza) Germán Darío Pérez S

4. A lo Germancho (Pasillo) Mauricio Rangel

5. Danza # 4 (Danza) Germán Darío Pérez S

6. Bambuquirri (Bambuco) Germán Darío Pérez S

7. Tranquilamente un tipo Leal (Pasillo) Germán Darío Pérez S

8. Transparencia (Pasillo) Jesús Alberto Rey

9. Carito (Bambuco) Lucas Saboya

10. Insistime (Pasillo) Germán Darío Pérez S

11. Vuelamasquelviento (Bambuco) Jesús SAlberto Rey

12. Quelito) Germán Darío Perez S

13. Composición para mi trío

CD # 2

1. Tan cerca pero tan lejos (Pasillo) Germán Darío Pérez S

2. Aloe (Danza) Germán Darío Pérez S Versión piano solo

3. Bambina (Bambuco-Guabina) Germán Darío Pérez S

4. Aguadito (Pasillo) Germán Darío Pérez S

5. Toña la blanca (Pasillo) Germán Darío Pérez S

6. Pues clarinete (Pasillo) Germán Darío Pérez S

7. Monita bonita - Germán Darío Pérez S

8. El pollo Lucas - Germán Darío Pérez S

9. Jameato (Vals) Germán Darío Pérez S

Photos

Bio

Piano, Tiple and Contrabass; an interesting format in the Andean Colombian music. The resulting sound mixes the classic, jazzistic, and universal flavor of the piano and the contrabass, with the ancestral and very Colombian tiple, format that reinforces even more the essence of the music interpreted, of academic way, and the modern, but with great flavor as Colombianiship.
Created since 1986 by Ricardo Pedraza Medina at the Tiple (typic Colombian cordophone), Mauricio Acosta Avellaneda at the Contrabass, and Germán Dario Pérez Salazar at the piano, composition, arrangements, and musical direction.
The name Nueva Colombia Trio speaks of what from its beginnings his director pretended: A new music for Colombia, a new sound; an actualized look to the traditional rhythms of the Andean region, sustained with coherent compositions that uses a harmonio rhythmic language and renewer melodic one, proposal that has been accepted, respected and taken into account as a pattern to be followed by other musicians and several assembles, which has converted the Nueva Colombia Trio and its director in unforgettable referents of the musical Colombian history.

Considered by experts as a group of the highest artistic level. We find in ¡t the excellence, the coupling, the interpretative sensibility, good taste m the arrangements and mastery in the execution of each instrument.
Its director Germán Dario Pérez S., is the composer most awarded in the history of the Festivals of Colombian Music in the Andean region.
In its many years of trajectory there are innumerable concerts it has offered in the halls, auditoriums and most important theaters in Colombia, as well as journeys through different countries.

Germán Dario Pérez Salazar (Piano, arrangements, composition, musical direction)
Born in Bogotá Colombia. Since very early he evidencied his Absolute Ear. He started Piano studies at 4 years old, with particular teachers. Then he did studies with outstanding pianists, in the Music Conservatoire of the National University of Colombia. When he was 10 years old he did his firsts compositions. He started to participate in national concourses of composition, when he was 14 years old, beinf finalist. In the year 1985 when he was 16 years old he obtained his first award in the National Composition Concourse Jorge Villamil Cordovez. From there on the list of awards of compositions is increased year over year. He is the composer of instrumental Colombian music of the Andean region the most awarded in all the festival of this kind.
When he was 17 years old he had started to explore new sounds, and to incorporate to the traditional music more elaborated harmonies. His creativity brought him to the search of new music vocabulary, with a great rhythmic richness, timbric and harmonio, giving as a result an own style that opened the way towards new perspectives in the Colombian Andean music. His early experiments performed about the base of a solid knowledge of the Colombian folklore, and with a conviction and compromise with his goals and his music requests, gave print and they became as point of departure and obliged reference for that today is called New Colombian Music. He is one of the initiators of the main renewal this music has had in the last 25 years time. His works, many of them awarded, are interpreted continuously by solists and groups both in Colombia as abroad. He also is arrangist of several national artists.

AWARDS

2009 La gorda marrana (Pasillo) The best unpublished instrumental piece Festival Mono Núñez

2008 Celitos (Pasillo) The best unpublished instrumental piece Festival Mono Núñez

2006 Bambina (Bambuco-Guabina) The best unpublished instrumental piece Festival Hato Viejo -Cotrafa.

2005 Pa’los Palos (Guabina) The best unpublished instrumental piece Festival Hato Viejo -Cotrafa.

2005 Aloe (Danza) Second position Festival Mono Núñez

2002 Tan Cerca pero tan lejos (Pasillo) The best unpublished instrumental piece Festival Hato Viejo –Cotrafa.

2000 Seré papá (Pasillo) The best unpublished instrumental piece Festival Mono Núñez (Ginebra)

1999 Toña la Blanca (Pasillo) First position musical composition’s competition Carlos Vieco (Medellín)

1995 Ilusa (Danza) The best unpublished instrumental Festival Mono Núñez (Ginebra)

1995 Minimito (Bambuco) First position musical composition’s competition Instituto Distrital de Cultura y Turismo (Bogotá)

1995 Después de todo (Guabina) First position Festival Nacional del Bambuco (Neiva)

1994 Insistime (Pasillo) First position Festival Nacional del Bambuco (Neiva)

1993 Un bambuco muy cortico para mi amiga que toca el clarinete (Bambuco) First position Festival Nacional del Bambuco (Neiva)

1992 Garrapatica (Bambuco) Honorable mention Festival Mono Núñez (Ginebra)

1990 Pitituya (Bambuco) First position Festival Nacional del Bambuco (Neiva)

1989 Pa`Juancho (Bambuco) First