Wicked Article

Uno no nace con el carnet de rockero en la mano, y menos en un país como el nuestro, tan dado a la más rancia vertiente de la música pop. Aquí cada uno sabe como llegó a ser captado por la música del diablo. En mi caso, las culpables de mi conversión fueron un puñado de canciones que se colaron nadie sabe cómo en las radios de este país a pesar de contener esa magia que sólo tiene el rock.

Y recuerdo vivamente que una de las que definitivamente inclinó la balanza fue Acción, de Seguridad Social. ¿Cuántas veces escuché su solo? No sabría decirlo, pero sí que seguramente con ella empuñé como nunca había hecho, la que desde entonces sería mi inseparable guitarra de aire. No obstante Seguridad Social ya no fueron los mismos tras aquél álbum y quizás uno de los motivos fuera la partida del guitarrista que creó ése y otros tantos de los temas con los que se forjó la leyenda de la banda.

Cristóbal Perpiñá era su nombre y nada supe de él desde entonces hasta que el destino me iba a hacer reencontrarme con él, década y media después. Y fue de la mano de Dai Berenguer, uno de los músicos más concienzudos de la “sleeply Valencia town” y una de las mejores voces que había escuchado en la escena local. Dai había bregado en decenas de bandas, todas rockeras, aunque de diferente pelaje. De todas ellas me hablaba en nuestros encuentros esporádicos, pero recuerdo que de ninguna con el mismo entusiasmo que la que me nombró por primera vez hace poco más de un año. “Esta te va a gustar” me dijo con un brillo especial que diferenció aquella presentación de otras previas. Y la verdad, no estaba equivocado.

La primera prueba me la dio su primera y homónima demo, que me mostraba a una banda en la que ya se notaban muy a las claras las líneas de la banda, resultado del amistoso enfrentamiento entre el clasicismo hard rockero de Cris con el toque contemporáneo de Dai, apoyado todo ello en una sólida base rítmica integrada por los también veteranos de la escena local Gorio Torres –batería- y Dani Moure –bajo-. No obstante, cuando ésta llegó a mis manos, Dai me hablaba ya de su entrada en estudio para grabar su primer larga duración.

Ahora, un año después, habiéndose tomado todo el tiempo necesario para que todo suene a la perfección, The Calm Before The Storm, su álbum de debut ya está aquí. Y qué quieren que les diga. Esto es una carta de presentación y no resulta extraño que el que la escriba diga que el disco al que reseña sea “lo mejor que ha parido madre”, pero si no dijera que éste es el mejor debut que le he escuchado a una banda española en años, les estaría mintiendo.

Pero no hace falta que me crean. Pongan el CD y déjense guiar por las melodías que emanan de la voz de Dai -¿el Chris Cornell español?-, permitan que su espíritu se eleve con los riffs y solos de Cris, o su cuerpo se zarandee con los embistes de Dani y Gorio. Rockeen con Wicked Jimmy, desgañítense cantando Masquerade, reivindíquense juntos a ellos con Our People, póngase clásicos con Train Come o épicos con So Long. Y si después de todo eso creen que no les mentí, permítanles con su respaldo, que sigan creyendo en que el milagro –su revisión del ramoniano I Believe In Miracles cerrando el álbum no podía ser más oportuna- que es triunfar ahora en el mundo de la música, todavía es posible para ellos.

Lo dejo en sus manos.
- Juan E. Tur Rock Trip